La Xunta obligará a las piscinas de las comunidades de propietarios a cumplir una serie de condiciones higiénico-sanitarias para su funcionamiento referentes al tratamiento del agua, a su calidad y al uso de productos químicos. El Gobierno gallego delega en los concellos las tareas de inspección sobre estas instalaciones particulares que dan servicio a urbanizaciones o bloques de viviendas y que hasta ahora no se sometían a ningún control.

Así lo recoge el nuevo decreto por el que se regulan los criterios higiénico-sanitarios de las piscinas de Galicia, que fue aprobado ayer por el Consello de la Xunta. Esta norma, que sustituye a una anterior de 2005, se adapta a los requisitos más exigentes impuestos por un Real Decreto estatal sobre estas instalaciones.

Entre las principales novedades que recoge esta normativa está la equiparación de las piscinas de casas rurales, las de agroturismo, y las de colegios y residencias universitarias con las del resto de establecimientos de alojamiento turístico, de manera que estarán sometidas a mayores controles. Pero además se regulan las piscinas de comunidades de propietarios y de viviendas unifamiliares, si bien sobre estas últimas la única exigencia que fija la nueva norma es la obligación de los propietarios de dar parte a la Consellería de Sanidade si se produce alguna incidencia como intoxicaciones, ahogamientos o lesiones medulares.

Para las piscinas situadas en bloques de viviendas o urbanizaciones, sin embargo, habrá más obligaciones. Los nuevos proyectos de construcción deberán ajustarse a la normativa estatal. También deberán cumplirse una serie de requisitos técnicos relativos al tratamiento del agua. Se regulan los productos químicos que podrán usarse y los criterios de calidad del agua y del aire de las instalaciones. Además deberán colocarse carteles informando de las sustancias químicas empleadas, así como un listado de direcciones y teléfonos de los centros sanitarios más cercanos y de emergencias y las normas de utilización de la piscina.

A las administraciones locales les corresponderá "la inspección y vigilancia" de estas piscinas de comunidades de vecinos. El resto son competencia de la Xunta.

Las piscinas de casas de turismo rural tendrán las mismas exigencias que cualquier otro establecimiento hotelero, de manera que cada mes deberán realizarse controles del agua. Eso sí, no tendrán necesidad de socorrista como el resto de piscinas de uso público.

Además, tal y como explicó el vicepresidente Alfonso Rueda, que presidió el Consello de la Xunta debido a la ausencia de Alberto Núñez Feijóo, que se encuentra de viaje oficial en Argentina, se simplificarán los trámites para autorizar nuevas piscinas.

El Gobierno gallego aprobó ayer también la creación de un registro de masas de frondosas autóctonas. Los propietarios forestales podrán incribir sus montes en este censo, lo que les dará acceso preferente a ayudas e incentivos fiscales. Eso sí, estarán obligados a contar con un instrumento de ordenación forestal y no podrán introducir otras especies que no sean autóctonas como eucaliptos.

La Xunta podrá inscribir de oficio montes dentro de este registro de frondosas siempre que se trate de bosques de ribera, que estén situados en áreas declaradas de protección dentro de un plan de ordenación, de recursos naturales o forestales o cuando sean terrenos incluidos en las franjas de protección frente a los incendios.