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La rebaja fiscal de Ayuso, un efecto dominó que desafía al frente del Noroeste

El presidente de Castilla y León anuncia bajadas impositivas y que trabajará "codo con codo" con Madrid. Demanda "una armonización fiscal a la baja" en el futuro modelo de financiación

Isabel Díaz Ayuso, en la toma de posesión como presidenta de la Comunidad de Madrid // Juan Carlos Hidalgo

El presidente de Castilla y León, el popular Alfonso Fernández Mañueco, se apuntó ayer a las rebajas fiscales "históricas" que abandera la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid. Mañueco hizo suya la propuesta tributaria de su colega madrileña, Isabel Díaz Ayuso, anticipando en el mismo gesto un posible punto de discrepancia con el resto del Noroeste español en vísperas de una discusión sobre la reforma del modelo de financiación autonómica en la que los conceptos de partida son teóricamente convergentes.

En este debate singular, en el que los intereses de las comunidades prometen configurar alianzas tuteladas más por la afinidad territorial que por la proximidad política, la propuesta del presidente castellanoleonés insinúa una posible semilla de discrepancia que puede poner a prueba la resistencia de las costuras del frente del noroeste, donde se comparten los criterios que han de dirigir el futuro modelo de financiación, pero se puede llegar a disentir sobre la política fiscal, que viene muy conectada con él.

Ahora es Castilla y León la que se apunta a rebajas fiscales de calado. El Gobierno asturiano ya cuestionó el anuncio de Ayuso y denunció que quiere convertir Madrid en "el paraíso de las grandes fortunas".

La diferencia es que Madrid defiende una financiación autonómica opuesta a la que quiere el Noroeste, pues pretende hacer pesar la población y las aportaciones tributarias al sistema como criterio principa.

Castilla y León ha participado en todas las cumbres interautonómicas celebradas hasta ahora y coincide con las comunidades del Noroeste en la demanda de un modelo en el que pese fundamentalmente el coste real de la prestación de los servicios públicos y las peculiaridades que en la tarea de su dispensación soportan las regiones dispersas y envejecidas. En eso están Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, pero también Aragón, la Rioja o Castilla-La Mancha y tal vez Extremadura.

Eso no ha cambiado, sigue plenamente vigente, pero Alfonso Fernández Mañueco, preguntado al respecto ayer en el acto de toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso, abogó por un modelo de reparto de fondos entre comunidades que incorpore nuevos recursos para la gestión de los servicios públicos y por incluir en el debate una armonización fiscal entre regiones, pero "tirando a la baja, no al alza".

Llevando la cuestión al territorio de lo político, el nuevo presidente castellanoleonés apuntaló su decisión de sumarse a las rebajas fiscales recordando que bajar impuestos está "en el ADN del PP" y prometiendo trabajar "codo con codo" con el nuevo Gobierno de la Comunidad de Madrid. "Yo creo en la bajada de impuestos, así lo dije en la campaña electoral y en mi discurso de investidura", remató. A su juicio, las políticas de contención tributaria estimulan la actividad económica y garantizan la creación de empleo y de empresas.

El debate está, en todo caso, lanzado desde que a comienzos de este mes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que tendrá una propuesta de nuevo modelo de financiación dentro de ocho meses. La cuestión principal que tutelará la discusión se localiza en la dialéctica entre los partidos y los territorios, entre la presión política y el interés regional o en la fórmula para armonizar ambos.

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