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Aprobado para el experimento STEM

El IES República Oriental de Uruguai, que estrenó el Bachillerato de excelencia científica, repetirá - Docentes y alumnos confirman que estimula vocaciones en los estudiantes

Alumnos del STEMBach del IES República Oriental do Uruguai en un laboratorio. // IES ROU

El experimento es una de las herramientas básicas en la construcción del conocimiento científico. También quienes protagonizan por primera vez algún tipo de fórmula, sistema o modelo, admiten, en cierta medida, formar parte de un experimento. Los dos centenares de alumnos que el año pasado estrenaron en Galicia el Bachillerato de Excelencia en Ciencias y Tecnología, STEMBach, conocen los dos sentidos del término, porque han sido los protagonistas de una experiencia piloto para la promoción de vocaciones científico-tecnológicas entre el alumnado a través de una formación compelementaria en el método científico y en conexión con la universidad. Además, el experimento salió bien y el curso que viene tendrá continuidad.

El visto bueno se lo dan tanto alumnos como docentes, al menos en el IES República Oriental do Uruguai, de Vigo, uno de los quince institutos gallegos que se atrevió a apuntarse a la convocatoria de la Consellería de Educación y que el año que viene repetirá. Y no solo porque la veintena de estudiantes que empezó la experiencia en primero deba mantenerla en segundo -ahora ya para elaborar unos trabajos similares a los de fin de grado, pero adecuados a su edad, que también tendrán que aprender a defender en público-.

El centro vigués se volverá a implicar porque el balance de la aventura fue satisfactorio, como explica Adela Rodríguez, jefa de estudios y coordinadora del Bachillerato de Excelencia en Ciencias. "Animaría a otros centros a sumarse, pero tiene que haber un profesorado implicado; hay que dedicarle mucho tiempo", asegura. Silvia Mette Vázquez y Laura López Rodríguez, dos alumnas de su centro, corroboran el valor de la iniciativa y animan a emularlas, siempre y cuando los alumnos reúnan ciertas condiciones. "Si les gusta la ciencia y el trabajo práctico y en equipo, lo recomendamos". "Fue una experiencia nueva y dierente, que nos permitió actividades que no están al alcance de todos. No nos vamos a arrepentir", defiende Silvia, y Laura le da la razón y añade: "Conforme avanzó el curso fue más dinámico, más divertido y más ameno".

Se refieren a visitas para ver cómo funciona, por ejemplo, una depuradora o al oceanográfico Intermares, o prácticas de laboratorio con los docentes colaboradores de la Universidade de Vigo, un aspecto que valoran tanto estudiantes como los seis docentes implicados desde el instituto, que agradecen la "buena disposición" de los profesores del campus. El contacto en primicia con la educación superior les facilita, comenta Laura, una "perspectiva diferente" para abordar sus trabajos, mientras Silvia resalta sus recomendaciones.

El año que viene a estas tareas se sumará otra: la de facilitar un abanico de temas sobre los que trabajar en las investigaciones. Como explica Adela Rodríguez, ese será uno de los cambios que van a aplicar en el instituto vigués. El curso que finalizó los proyectos los plantearon los docentes del centro y luego los alumnos eligieron, pero el que viene, explica, le pedirán a los profesores universitarios que codirigen, que serán los mismos que este año, sugerencias.

Porque los chicos, admite la también docente de Matemáticas, se entusiasman, y conviene contar con un "asesoramiento previo" que permita fijar hasta dónde se puede llegar con el nivel formativo y los medios de los que disponen tanto ellos como sus docentes, que también "están ahí para ayudarte, para aconsejarte constantemente", explican las jóvenes, y tienen que ponerse al día. "Si para los alumnos es una experiencia motivadora" e incluso produce "cierta euforia", señala Adela, "para los docentes, igual, porque, cuando por ejemplo van a analizar los microplásticos, el profesor de Biología sabe algo, pero también se tiene que implicar".

Silvia y Laura son dos ejemplos de los buenos resultados de una experiencia que les exigió dedicación en su tiempo libre, los viernes por la tarde. "Si quieres llevar a cabo un proyecto satisfactorio, tienes que dedicarle tiempo", advierten, por eso avisan de qe hay que tener "interés". Sí hacen una crítica constructiva que los docentes comparten y a la que se buscará poner remedio el curso que viene: comenzar antes con el laboratorio. Porque el primer trimestre fue "muy teórico", dicen. Adela reconoce que primero se formó a los jóvenes en aspectos "básicos de la ciencia" y que esa parte es "dura", por lo que a partir de ahora buscarán combinar teoría y práctica. Además, los chicos decidirán "muchos antes" qué investigarán.

Ese es el corazón dle STEMBach. La mejor manera de resumir en qué consiste es enumerar alguno de los proyectos de investigación que los estudiantes de este bachillerato especial completarán el próximo curso en el IES República Oriental do Uruguai, algunos tras tomar muestras in situ en parte del verano. Silvia, por ejemplo, forma parte del grupo que intentará responder a la pregunta de cómo influye la población en la contaminación de los ríos Lagares y Verdugo, mientras que el equipo en el que participa Laura se implicará en un tema "de moda", los microplásticos, y su presencia en las playas de la ría de Vigo. Otros jóvenes, explica Adela, buscarán optimizar la red de transporte escolar del centro "para llevar al menor coste el mayor número de alumnos" o estudiarán la resistencia de vigas impresas en 3D.

Sea cual sea el resultado, la educadora considera que los alumnos de este Bachillerato especial llevarán mucho avanzado en el "tránsito" a la universidad y que "el trabajo de fin de grado les va a llevar la mitad de tiempo". Además, cree que servirán para fomentar vocaciones o, al menos, a que los chicos "pierdan el miedo" a la ciencia-. Por ahora, Silvia y Laura se apuntan. Claro que ellas hacen un poco de trampa porque estos estudios ya las tentaban de antes. "En mi caso, más que despertar la vocación, creo que la reafirmó", afirma Silvia y Laura admite haber sucumbido a los encantos del laboratorio. Algo acaba pegándose de tanto investigar.

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