Deshabitada desde hace 50 años, una pequeña aldea de Lugo está a punto de renacer. La nueva vida se la dará un grupo de jubilados que se enamoró de la zona cuando buscaba un lugar para retirarse. Hasta aquí llegaron gracias a una agencia especiallizada en vender propiedades abandonadas en Galicia. El futuro de la finca de 140.000 euros es aun una ilusión, pero puede convertirse en solución a otro problema, el de la España vaciada.