Los carburantes empiezan ya a escasear en Portugal y eso que la huelga no empieza hasta mañana. Ante el miedo a que se repita el caos vivido en abril cuando se produjo el primer paro de los transportistas de mercancías peligrosas, muchos conductores se han apresurado a llenar el depósito provocando largas colas frente a los surtidores. Miles de estaciones de servicio en todo Portugal ya no tienen stock y crece la afluencia a las gasolineras situadas al otro lado de la frontera, en Galicia. El primer ministro portugués reunió ayer al gabinete de crisis para preparar al milímetro una respuesta a la huelga. No descarta incluso obligar a los huelguistas a trabajar para garantizar los servicios esenciales.

Detrás de este paro se encuentra el conflicto entre los transportisas de mercancías peligrosas y la patronal del sector, que llevan meses negociando. La primera huelga en abril sometió al país al caos y paralizó aeropuertos y hospitales. De ahí que con esta segunda convocatoria hayan saltado todas las alarmas, sobre todo porque la crisis estalla en plena temporada estival -mucha gente emprende viaje en la segunda quincena del mes- y coincide además con el puente de San Roque, cuatro días seguidos de asueto en el que muchos gallegos viajan a Portugal.

El Gobierno luso declaró la emergencia energética el pasado jueves. Durante el paro permanecerán abiertas 329 estaciones de servicio en todo el país, incluidas en la Rede de Êmergencia de Postos de Abastecimento de Combustiveis (REPA), de las cuales 129 estarán en el norte de Portugal.

Sin embargo, desde el viernes los conductores han decidido llenar los depósitos y se han formado largas colas en las estaciones de servicio portuguesas.Una aplicación online, Já não dá para abastecer, indica en qué gasolineras incluidas en la REPA se ha colgado ya el cartel de "agotado". Es el caso de algunos establecimientos en Chaves, Brangança, Vilar de Nantes, Paredes de Coura, Seixas y algunas estaciones de servicio pegadas a la costa en Afife o Áncora.

Al escasear los carburantes en el país vecino, muchos portugueses decidieron cruzar la frontera para repostar en Galicia. En Tui las gasolineras notaron mayor afluencia. "Los clientes nos dicen que en Portugal hay sitios que ya no tienen gasolina", comentaban en una de las estaciones de servicio de este concello.

En Salvaterra de Miño comentan que incluso tuvieron colas para repostar. "Sobre todo el viernes por la tarde y el sábado por la mañana", comentan en una de las gasolineras de este municipio limítrofe.

Los trabajadores que se dedican al transporte de mercancías peligrosas mantuvieron ayer por la tarde una asamblea y aprobaron por unanimidad mantener la convocatoria de huelga: "Ni un paso atrás".

Con servicios mínimos, declaraciones de emergencia energética y un gabinete de crisis de última hora celebrado ayer, el Ejecutivo portugués busca mantener la situación bajo control y minimizar los impactos de un paro que en abril ya causó problemas en los aeropuertos, el transporte público y las gasolineras, secas de combustible.

Meses después, y a las puertas de las elecciones, el Gobierno que preside el socialista Antonio Costa no quiere que se repita la situación y se ha apresurado en preparar a plan de contingencia con antelación: servicios mínimos de entre el 50 y el 75 % y una alerta de crisis energética accionada dos días antes del inicio del paro.

"No dudaremos en asegurar la normalidad", afirmó el presidente Antonio Costa. "Un Gobierno responsable tiene que prepararse para lo peor", avisó.No descartan incluso intervenir legalmente la huelga para asegurar que se cumplen las operaciones mínimas a través de un mecanismo llamado "requisición civil", un instrumento legal que permite obligar a los huelguistas a trabajar para garantizar los servicios esenciales.