El PP inicia una nueva etapa para tratar de remontar su peor resultado en las urnas en las pasadas elecciones generales de abril, en las que pasó de 137 diputados a 66. Y lo hace con una dirección copada por fieles a Pablo Casado y con Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en la Cámara Baja. Esta reveló el miércoles que no había sido felicitada por el nombramiento por dos de los barones del partido, Alberto Núñez Feijóo y el andaluz Juan Manuel Moreno. El primero esquivó ayer la polémica, pero recordó a sus compañeros la necesidad de "ensanchar" la base social del partido para recuperar apoyos electorales. "No obtuvimos el resultado que pretendíamos", añadió.

Feijóo apoyó a Casado en su pugna con Soraya Sáenz de Santamaría por suceder a Rajoy, pero luego se convirtió en una de las principales voces en reclamar "centrar" el discurso político y evitar una derechización con que la que Pablo Casado pretendía taponar las posibles fugas de papeletas a Vox. Una de las representantes de esa apuesta discursiva es precisamente Álvarez de Toledo, única diputada electa por Cataluña, donde el PP perdió cinco actas en junio.

"Yo aprovecho la presencia de todos ustedes [periodistas] para felicitar a todos los vicesecretarios y vicesecretarias, secretarios ejecutivos y, por supuesto, a la portavoz del Congreso y al portavoz del Senado [Javier Maroto]. ¡Qué mejor que hacerlo delante de los medios de comunicación para que sea una felicitación extensiva!", respondió ayer Feijóo a la prensa tras la última reunión del Consello de la Xunta antes de las vacaciones, en alusión a las palabras de Álvarez de Toledo.

"Todos estamos con el presidente [Casado] y queremos que acierte", añadió antes de restar hierro a no haber telefoneado a Álvarez de Toledo, alegando que tampoco llamó a los gallegos Jaime de Olano y Ana Belén Vázquez, vicesecretario de Participación y secretaria de Internacional, si bien sí se cruzaron mensajes.

Feijóo también eludió polemizar sobre la presunta pérdida de peso de sus afines en la nueva dirección popular, rechazando los análisis en clave de cuotas territoriales. Aun así, aseguró que Galicia es la comunidad con mayor número de miembros en la nueva cúpula de Casado.

Por otro lado, también se refirió a las quejas del Consello de Contas al rechazo de la Xunta al 22% de sus propuestas para mejorar la gestión entre 2012 y 2016, destacando la aceptación del 78%. También puso en duda su rebaja del ahorro por suprimir entes paralelos de la Xunta. Criticó que Contas usase datos del Gobierno central. "Me parece que sabemos más en la Xunta", dijo.