- Los precios de los alquileres se han disparado. ¿Estamos ante una nueva burbuja?

- Salvo casos puntuales vinculados al alquiler turístico (Compostela) o a crecimientos exponenciales de una empresa con elevados salarios (A Coruña), en Galicia no existe una burbuja en los alquileres.

- ¿Qué medidas deberían ponerse en marcha para contener la subida del precio de los alquileres? ¿Se está apostando lo suficiente por la vivienda pública?

- Por supuesto, el que no exista una burbuja es compatible con reconocer que tenemos problemas en este frente. El porcentaje de viviendas vacías o secundarias es enorme; los precios actuales dificultan que se independicen los jóvenes. La solución: parque de viviendas públicas en alquiler gestionado municipalmente en consorcio con la Xunta. Debemos superar la idea de promover vivienda de promoción pública en propiedad y apostar por un banco de viviendas público y que, en parte, podría estar compuesto por viviendas privadas hoy vacías.

-Uno de los problemas más graves a los que se enfrenta Galicia es el envejecimiento poblacional. ¿Cómo lo ve usted?

- El envejecimiento poblacional puede generar tres tipos de problemas: insuficiencia de población activa, insostenibilidad financiera de pensiones, sanidad y servicios sociales, y, finalmente, una menor capacidad para innovar y arriesgar. En estos momentos y a medio plazo en Galicia no tenemos un problema de falta de población activa. Otra cosa es el largo plazo, donde sí podría existir una oferta laboral insuficiente. Las pensiones tampoco son un problema. El sistema de caja única de la Seguridad Social garantiza los pagos. En cuanto a la sanidad y los servicios sociales, el sistema de financiación de las comunidades tiene en cuenta las diferencias en el envejecimiento poblacional. Finalmente, donde sí nos hallamos ante un desafío es en esa menor capacidad de innovación y riesgo que caracteriza a las sociedades con menos jóvenes.

- La Xunta prepara un proyecto de ley de revitalización demográfica. ¿Será suficiente?

- Esto me toca de cerca, como miembro del observatorio demográfico gallego. Por ese motivo, puedo estar sesgado en mi valoración, pero creo que es un avance. Somos los primeros en España en hacerlo y es un texto ambicioso y bien enfocado, que huye de la complacencia. Sin duda, es mejorable como todo anteproyecto. Y el paso por el Parlamento gallego debería servir para ello. Quizá haya que concretar medidas. Y una memoria económica sería muy deseable.