La escisión de En Marea, formado por diez miembros que reniegan de esa marca, y la consiguiente constitución de un grupo mixto con cuatro diputados -entre ellos Luís Villares, portavoz del partido y hasta ahora también en la Cámara- ya está formalizada. Sin embargo, la dirección del hemiciclo tratará de evitar que esa fractura eleve el gasto público como consecuencia de los fondos destinados al nuevo integrante de la sede de la soberanía de los gallegos. En principio, la ruptura podría elevar la factura a las arcas públicas en 190.000 euros al año, aunque existe un precedente la pasada legislatura en el que se aplicó un sistema de financiación al grupo mixto proporcional a sus integrantes. Con él, el incremento sería de 3.808 euros mensuales (45.696 al año).

La Mesa del Parlamento acordó ayer buscar una fórmula para que la factura económica derivada de la recomposición del hemiciclo no se incremente, aunque todavía no existe una propuesta concreta al respecto. El presidente de la Cámara, el popular Miguel Santalices, avanzó que negociarán un acuerdo para "respetar los derechos reglamentarios del grupo mixto y lograr el menor impacto posible sobre las arcas públicas". Tratará de sellar un pacto por unanimidad.

Cada grupo parlamentario recibe una subvención fija de 9.971 euros mensuales, a los que se añaden 1.837 por cada diputado y otros 5.898 destinados exclusivamente a contratar personal. En virtud de este sistema, al PP (41 actas) le correspondían este año 1.094.253 euros; a En Marea y al PSdeG -ambos con catorce representantes-, 499.061 a cada uno; y al BNG (6), 322.708.

La creación del grupo mixto situaría a otra parte a la mesa a la hora del reparto. Sobre el papel, le corresponderían 9.971 euros mensuales de aportación fija, 7.348 por sus cuatro integrantes y 5.898 para personal. En Marea perdería esos 7.348 euros y pasaría de ingresar 41.588 euros mensuales a 34.240, pero el saldo final resultaría más costoso para las arcas públicas, pues el grupo mixto recibiría 23.218. La factura crecería en 15.870 euros mensuales, cifra que crecería a 190.444 en un año.

Frente a los 499.061 euros anuales de una En Marea unida, la escisión elevaría la cifra correspondiente a los mismos 14 diputados ahora divididos a 689.506, de los que 410.855 corresponderían al grupo original y 278.621 al grupo mixto liderado por Villares. De volver a celebrarse elecciones autonómicas en septiembre del año que viene, los quince meses restantes de legislatura supondrían un gasto extra de 238.055 euros, desembolso que el Parlamento pretende contener, como hizo en 2014.

Aquel año, la Mesa del Parlamento -entonces integrada por PP y PSdeG- acordó que el grupo mixto percibiese un total de 5.011 euros mensuales cuando lo constituyó la diputada Carmen Iglesias, primera de las tres fugas que experimentó la coalición AGE, precedente de En Marea. Cuando se le unió Consuelo Martínez, la cifra se elevó a 7.482.

Si se aplicase de nuevo ese sistema, al grupo mixto de Villares le corresponderían 11.156,88 euros cada mes, 12.062 menos que si recibiese el mismo trato que el resto de grupos. El balance entre esa nueva asignación y los 7.348 euros que perdería En Marea arrojaría un aumento de la factura para el Parlamento de 3.808 (45.696 al año).

Fuentes parlamentarias explican que los acuerdos de la pasada legislatura no determinan el sistema que se aplicará en este caso.

Por otro lado, la Mesa del Parlamento acordó ayer dividir las instalaciones de En Marea en la Cámara para que sus 10 diputados cedan parte de sus despachos a Villares y sus tres compañeros.