La crisis demográfica se agudiza en Galicia al registrarse el año pasado 15.854 fallecimientos más que nacimientos, lo que arroja el peor saldo vegetativo de la historia y el peor balance de España. Pero los efectos aún podrían ser peores si no fuese por la inmigración, que ayuda a amortiguar la sangría de población. De hecho, el año pasado el saldo migratorio con el extranjero -la diferencia entre los foráneos que llegaron a la comunidad y los que hicieron las maletas y emigraron a otros países- no solo fue positivo, sino que marcó un récord con 12.884 personas, la cifra más alta de la década y el doble que las 6.882 de 2017. También son positivos los datos de los flujos con otras comunidades españolas, con 252 habitantes, todo lo contrario que en 2017 cuando eran 209 menos los que llegaban de otras autonomías en comparación al número de gallegos que se mudaban a otras zonas del territorio español.

Las migraciones, tanto nacionales como internacionales, han permitido que Galicia no perdiese otros 13.316 habitantes en 2018, lo que supondría una merma de más de un millar de persona al mes en el censo si no existiese ese flujo de inmigrantes o de residentes en otras comunidades. Aún así, la comunidad gallega redujo su censo en más de 2.800 vecinos hasta quedarse justo por encima de los 2,7 millones de residentes. De hecho, sin la llegada de extranjeros la cifra hubiese bajado de ese umbral.

A nivel nacional, el saldo vegetativo negativo se compensó con las migraciones. El resultado: 276.186 personas más hasta superar los 46,9 millones. Sin embargo, Galicia es una de las cuatro autonomías que perdió población el año pasado, por detrás de Castilla y León, Extremadura y Asturias. En el otro extremo, Baleares, Madrid y Canarias, se sitúan como las comunidades con mayor crecimiento poblacional.

Todas las autonomías presentaron un saldo migratorio positivo con el exterior. Galicia ocupa el octavo puesto en lo que se refiere a los flujos con otros países con 12.884 vecinos. En cuanto a las migraciones entre comunidades, se sitúa en la séptima posición con 252 personas. En los movimientos interautonómicos Galicia es una de las diez comunidades con resultados positivos. Por el contrario, Andalucía (-6.374), Castilla y León (-4.099) y Extremadura (-2.890) presentan los saldos más negativos.

También hay diferencias entre las provincias gallegas. En el saldo con el extranjero, Pontevedra multiplica por 15 la diferencia entre las personas que se fueron y las que llegaron de otros países y que permitieron sumar 3.309 pontevedreses más, mientras que en 2017 esa subida fue solo de poco más de 200. Aunque A Coruña es la provincia que más vecinos gana -casi 6.000 el año pasado-, la variación respecto a 2017 en el saldo migratorio es del 40%, similar al de Lugo y por debajo del 60% de Ourense.

En la comparativa con el resto de España, de nuevo Pontevedra recibió 230 personas más de otras comunidades, cinco veces más que el saldo del año anterior. Lugo, por el contrario, es la que menos atrae a residentes del resto de España, porque la diferencia entre los lucenses que hicieron las maletas a otras autonomías y los que vinieron a Lugo es negativa con 252 personas menos, una tendencia que se agrava respecto a 2017 con un saldo que era de -61. En A Coruña y Ourense, los datos mejoran con subidas del 50% en ambos casos.

Desde la Secretaría Xeral da Emigración destacan que los emigrantes que aún residen en el extranjero supone la tercera parte del total, un porcentaje que, señalan, se reduce cada año desde 2011. El departamento autonómico también recalca que el retorno trajo de vuelta a la comunidad a 6.202 gallegos en 2017, cuyos principales países de procedencia son Venezuela, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos.

¿Y de dónde proceden los inmigrantes que vinieron en 2018 a Galicia y ayudaron a paliar la sangría demográfica? De las 22.260 inmigrantes contabilizados, más de 6.200 -casi un tercio del total- eran venezolanos que huyen de la crisis que sufre el país, aunque también destacan los procedentes de Brasil y Colombia, con 1.890 y 1.615 casos respectivamente. Los gallegos que emigran al extranjero se decantan por Portugal. De las 9.346 personas que atravesaron fronteras, más de un millar se fueron al país vecino. Otros de los destinos preferidos fueron Rumanía (755), Brasil (520) e Italia (255) y Francia (110).