Galicia cerró el año pasado con la cifra más baja de casos de varicela del último lustro y con la tercera más reducida de la década. Apenas seis mil casos (6.027 hasta el 30 de diciembre de 2018) le constan a la Consellería de Sanidade, cuando el año anterior habían sido casi mil más, y ya iban a la baja, y en 2016 se habían roto los récords desde 1997 al contabilizar casi 14.000 casos, a una media de 270 por semana. Detrás de la reducción las autoridades sanitarias "apuntan" al "impacto" de la implantación de la vacunación infantil, dentro del Programa Galego de Vacinacións, en abril de 2016.

El aumento observado entre 2014 y 2016, los expertos de Saúde Pública de la Xunta lo relacionan con la retirada de las farmacias de la inyección. Hay que tener en cuenta que en Galicia solo se vacunaba a los niños cuando tenían 12 años y siempre y cuando no hubieran pasado antes la enfermedad y muchos progenitores preferían administrarles la inyección a sus hijos fuera de esta regla, antes de los 12 años. A partir de abril de 2016, no obstante, la Xunta integró la vacuna contra la varicela en su calendario infantil y se la pone a los bebés y sus efectos ya se notan.

Como explican desde la Administración autonómica, la incidencia de la enfermedad ha descendido tanto en 2017 como en 2018, lo que ven "en consonancia" con la "efectividad directa" de la vacuna y rompe además con los ciclos de periodicidad bianual que se volvieron a observar en años previos "coincidiendo con la retirada de la vacuna de la varicela de las farmacias". Pero, además, las cifras recopiladas por el Sergas en lo que va de 2019 también apuntan por ahora a un retroceso de la enfermedad. De hecho, si el año pasado la situación final fue de reducción en comparación con los registros de otros ejercicios, la de este, por ahora, profundiza más en el descenso.

Con datos de finales de mayo, el recuento de infecciones alcanza las 1.785, una cifra que es un tercio inferior a las notificadas durante el mismo período del pasado año, cuando fueron 2.657. Además, en el último mes analizado por la Xunta, entre mediados de abril y mediados de mayo, la cifra de casos pasó de 720 a 343, un 52% menos. Y eso ocurre en el período del año que suele caracterizarse por una mayor incidencia de la enfermedad. Así lo señala la Dirección Xeral de Saúde Pública en sus informes epidemiolóxicos sobre la dolencia: "La varicela tiene una estacionalidad característica, con mayor incidencia en la primavera y comienzo del verano". Dentro de unos días se conocerán los datos de junio, que permitirán confirmar o no si la tendencia se mantiene.

El área en la que se nota más la dolencia por ahora es la de Vigo. En concreto, la incidencia (número de casos por cada cien mil habitantes) acumulada es de 98, seguida muy de cerca por Pontevedra, con 95. También se situarían por encima de la media autonómica, de 66, en Ourense -con 69-.

En sus informes, el Sergas apunta que, una vez instaurada la vacunación, "a medida que pasen los años, se percibirá un descenso de las tasas en las edades de los que podrían estar vacunados respecto de las que fueron en años previos, un descenso que, año a año, se va extendiendo hacia edades superiores". Y añade que "eso mismo" se observa al observar la evolución de la incidencia.

En concreto, en 2018, explica Sanidade en un informe, la incidencia disminuyó, como en 2017, en todos los grupos de edad "y lo hizo con una distribución que apunta al impacto de la vacunación infantil". Donde más se notó, con un 56% menos de casos, fue entre 0 y 4 años, donde se hallan los destinatarios de la vacuna, "seguido de los grupos que presumiblemente tienen mayor contacto con niños de menos de cinco años, los de 35 a 39 y 40 a 44, en los que descendió un 41 y un 47 por ciento, respectivamente", apunta en un "Venres Epidemiolóxico".