FARO publicó este jueves la exclusiva nacional de que los líderes de Resistencia Galega, cuya búsqueda se centraba en Portugal aunque también se había ampliado a Venezuela, estaban bastante más cerca. En una vieja vivienda de una aldea abandonada en medio del monte a seis kilómetros de Fornelos de Montes (Pontevedra). En una casa sin luz ni agua corriente hacían vida ecológica con huerto incluido para el que preparaban el abono. Desde allí bajaban prácticamente a diario al pueblo a hacer la compra e iban con cierta frecuencia a Vigo y Redondela en autobús. Los vecinos no se podían creer que aquella pareja que creían jubilados estaban en la lista de más buscados de la Interpol. Siempre los vieron como personas "educadas, cercanas y amables".