El secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, aseguró ayer en Lugo que "todo está encaminado" en el partido en la provincia, durante una visita a la ciudad de la Muralla junto a la alcaldesa, Lara Méndez; al candidato a la presidencia de la Diputación, José Tomé, y al secretario de organización de la formación, José Antonio Quiroga, quien pilotará el partido en la provincia hasta la elección de una nueva ejecutiva provincial después de la dimisión de Álvaro Santos, quien anunciaba el lunes su renuncia por "cuestiones políticas".

Preguntado por si dar por cerrada la crisis del PSOE en la provincia, Caballero aseguró que "todos los socialistas" están "ilusionados" y "con fuerzas para esta nueva etapa". "Todo está encarrilado, todo está encauzado y tenemos las mejores perspectivas para hacer los mejores gobiernos", subrayó. En esa línea, calificó de "magnífico" el equipo que va a "trabajar por Lugo desde la Diputación, liderado por un alcalde de referencia (el de Monforte, José Tomé) que va a dar lo mejor de sí mismo para abrir una página de futuro".

Si la hoja de ruta está "encarrilada" en cuanto a los procesos institucionales, según dijo, "en paralelo se avanzará en los orgánicos". "Lo importante", destacó, "es que estemos preparados para un buen gobierno en la Diputación". Así, indicó que el secretario de organización, José Antonio Quiroga, "perfilará de acuerdo con la dirección general la mejor fórmula de organización para el PSOE en Lugo, de acuerdo con el partido y con los compañeros, para lo antes posible encauzar la solución orgánica que respalde el protagonismo del PSOE en los ayuntamientos y en la Diputación".

Caballero defendió su proyecto frente al del actual presidente de la Xunta y líder de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, al que acusó de "abandonar" Galicia, pese a que "ahora" convoque "muchas reuniones para pretender hacer parecer que todo va a cambiar". No obstante, Caballero, quien alertó de la situación demográfica de la comunidad, considera que el mandatario gallego "no quiere que nada cambie", pues, alega, "su único objetivo es mantenerse en el coche oficial al que lleva subido veinte años".