La ruptura de En Marea no impedirá al grupo parlamentario conseguir el senador por designación autonómica a que tenía derecho como segunda fuerza del Parlamento, a pesar de la marcha de cuatro diputados, entre ellos Luís Villares, al grupo mixto. Los servicios jurídicos alegan que el proceso de elección se abrió antes de esa escisión, por lo que no afectará al acta en la Cámara Alta. Esta será ocupada por José Manuel Sande, exedil de Marea Atlántica, y apuesta de Podemos, Anova y Esquerda Unida, que nutren el actual grupo, tras la marcha de los miembros del partido instrumental En Marea.

La Mesa del Parlamento se reunió ayer tras el cierre del plazo para registrar las propuestas de senador y estudiar el caso concreto de En Marea, pues su escisión deja al PSdeG como segunda fuerza. Sin embargo, esa ruptura no afectará al proceso e incluso no se hará efectiva en el pleno de la próxima semana, penúltimo de este período de sesiones. Por tanto, Villares, Davide Rodríguez, Paula Vázquez Verao y Pancho Casal compartirán filas todavía con sus rivales: Antón Sánchez, Carmen Santos, Luca Chao, Marcos Cal, Paula Quinteiro, Ánxeles Cuña, Julia Torregrosa y José Manuel Lago Peñas, además de Eva Solla -vicepresidenta de la Mesa-. También estará presente Flora Miranda, que dimitirá tras el verano.

Cambio de nombre

Esta escisión genera una paradoja. El portavoz del partido En Marea y los miembros de este integrarán el grupo mixto y quienes reniegan de él mantendrán la representación de sus siglas en el Parlamento.

Por ello, Villares instó ayer a sus ya exaliados a cambiar de nombre y lamentó que no fuesen ellos quienes abandonasen el grupo En Marea, marca que él y los suyos seguirán utilizando.

A esta cuestión se refirió ayer el viceportavoz del actual grupo y referente de Anova, Antón Sánchez, que pidió una "reflexión política" sobre el cambio de nomenclatura. "Después de lo que pasó esto pasa a un segundo plano", respondió a la prensa, si bien fuentes parlamentarias dan por hecho el cambio tras el verano.

Evitó también responder a la acusación de "seguidismo" de Podemos que lanzó Villares sobre Anova.