Los facultativos gallegos mantienen el pulso con el Sergas en el conflicto abierto por la sobrecarga asistencial de Atención Primaria. En plena crisis los médicos de familia advirtieron que dejarían de atender a pacientes no urgentes si no disponían del tiempo necesario para hacerlo en condiciones de "calidad y eficiencia", pero la Consellería de Sanidade les advirtió que eso les podría acarrear sanciones porque "supondría una pérdida de derechos para la ciudadanía". El Consello Galego de Colegios Médicos ha consultado a sus comisiones deontológicas y respalda a los profesionales de los centros de salud.

Según el órgano colegial, es responsabilidad de la administración sanitaria, y no del médico, que los pacientes sean atendidos "en tiempo y forma". Y es "obligación" del facultativo denunciar las "deficiencias" que dificulten la correcta asistencia a los pacientes. "Cumplen con su deber ético y deontológico", señala el dictamen elaborado por el Consello Galego de Colegios Médicos que preside el ourensano José Luis Jiménez.

Una de las quejas más reiteradas por los facultativos en los centros de salud es el elevado número de pacientes que tienen que atender cada día, lo que les impide dedicarles "un tiempo suficiente". El problema reside, no tanto, en las consultas programadas, como en los pacientes que acuden al ambulatorio sin cita previa.

Desde los colegios médicos, se advierte al Sergas que "hasta este momento las medidas adoptadas son insuficientes para afrontar la situación actual y la de los próximos años".

Desde la Consellería de Sanidade se defienden y recuerdan que se ha firmado un documento con los médicos en el que se fijó el "objetivo idóneo" de 30 pacientes por jornada.

Para conseguirlo, según explican en el Sergas, se crearán 80 plazas para rebajar los cupos de médicos superiores a 1.400 tarjetas sanitarias.

También recuerdan la puesta en marcha del contrato de continuidad para los médicos que cubren sustituciones. Aunque solo 12 de los MIR que acabaron este año se acogieron a esta modalidad.

Los colegios médicos, sin embargo, se blindan ahora con este dictamen ante la posibilidad de que la sobrecarga asistencial que denuncian no se rebaje. Los facultativos defienden que "el tiempo necesario" para cada consulta debe ser fijado por el criterio del profesional cumpliendo con la premisa de buscar "calidad y eficiencia en la prestación".

Y advierten que el Sergas no puede obligar al médico a realizar su actividad "sin el tiempo necesario para que ésta se desarrolle en condiciones idóneas". "Y ello puede implicar la limitación del número de pacientes no urgentes a asistir en la jornada laboral", aclaran.

En su opinión, "no es ético" y supone además "una falta de planificación y gestión" que la administración ofrezca "accesibilidad ilimitada" sin ofrecer "los recursos necesarios para que esta atención sea de calidad.

Por el contrario, apoyan a los profesionales que fijen límites al número de pacientes que atienden porque es "su obligación deontológica velar para que las prestaciones se adapten a las auténticas necesidades asistenciales de la población, evitando que se ofrezcan servicios sanitarios sin la debida dotación de medios humanos y materiales".

Y, por esta razón, tachan de "inaceptables" las manifestaciones del Sergas culpabilizando a los médicos "de una eventual pérdida de derechos de los pacientes". Los colegios médicos lamentan que el Sergas amenace son sancionarlos "en vez de asumir su responsabilidad y buscar soluciones de consenso con los profesionales".