Se custodian en una sala blindada, se almacenan en ordenadores sin conexión a Internet -a salvo de hackers y se transportan a los centros escoltados por furgones de seguridad privada. Pero al final ha sido un error humano lo que ha marcado la recta final de la selectividad en Galicia. El inusitado protagonista de la jornada de ayer, última de la convocatoria ordinaria de la ABAU 2019, fue el examen de Filosofía. Un error en la selección de los contenidos de los exámenes -todos, incluidos los de emergencia y repuesto- obligó a aplazar el horario previsto para su realización de las once de la mañana a las cuatro de la tarde. La demora, como estaba previsto, generó momentos de caos en los campus y levantó una polvareda de indignación entre los 2.900 alumnos afectados, sus familias y los docentes, que no ha pasado desapercibida para la CiUG, la comisión responsable del selectivo en la comunidad.

Sin margen para subsanar el desconcierto de ayer, la reacción de Celso Rodríguez, presidente del órgano, fue la de anunciar cambios en el protocolo de elaboración de los ejercicios. Las modificaciones en las reglas entrarán en vigor "el año que viene", puesto que la convocatoria extraordinaria de julio -prevista para los días 10,11 y 12- ya está aprobada. Pero no por ello la CiUG dejará de adoptar "medidas" para tranquilizar a los alumnos que sometan a esta segunda oportunidad. "Tendremos previsto un plan B en caso de que vuelva a suceder", subraya Rodríguez, quien de momento no aventura detalles: "Habrá que discutirlo".

Fue a las once de la mañanacuando saltaron las alarmas. Tan pronto como los estudiantes recibieron sus pruebas de Filosofía, se dieron cuenta de que las opciones A y B contenían ejercicios de autores mezclados, que no les correspondían. El error, no obstante, se agravó por repetición: no solo el primer examen estaba mal elaborado, sino también el de repuesto, el de emergencia, y los otros tres que se conservan en la recámara. "Esto no ha pasado nunca en selectividad, es algo insólito", se disculpó Rodríguez nada más conocer las protestas de los alumnos, que ya veían la luz al final de tres días en los que se jugaron su acceso a la carrera deseada. "No vimos alternativa, lo analizamos y aplazar el examen fue la alternativa menos mala. No estaba peprevisto", agregó el responsable de la CiUG, al tiempo que recalcaba que "el profesor tenía que saber cuáles eran las normas, pero no las aplicó".

De momento, todos los dedos apuntan a la responsabilidad de Juan Alberto Sucasas, director del grupo de trabajo que elaboró el examen y profesor de Filosofía en la Universidad de A Coruña (UDC). Sucasas ha admitido el error y ha puesto su cargo a disposición de la CiUG.

La Consellería de Educación, por su parte, avanzó ayer que solicitará la "apertura de una investigación", y que convocará a Rodríguez y a los tres rectores de las universides para "analizar lo sucedido" y garantizar "que se tomen las medidas necesarias para evitar que se repitan los errores". Además de lamentar "profundamente" las "molestias" causadas durante la jornada de ayer, la conselleira Carmen Pomar también aseguró que la cita con los rectores llega en el "momento adeucado" para abordar el debate, replicado en toda España, acerca una selectividad "mas equitativa".