La cuenta atrás empezó ya en primero de Bachillerato y se aceleró durante segundo curso, pero no culminó hasta primera hora de esta mañana, cuando los 11.400 estudiantes gallegos que aspiran a una plaza en la universidad comenzaban una carrera de obstáculos en alguna de las 27 comisiones delegadas que empezaba por el primer examen de la parte obligatoria: Lengua Castellana y Literatura, donde tenían que elegir entre dos opciones: la A comprendía una análisis de un texto de Almudena Grandes, y de temas 'Análisis de personajes en La Fundación» y «La narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX', mientras que en la B se analizaría un texto de Antonio Muñoz Molina y de temas 'El género literario en La verdad sobre el caso Savolta: entre la novela policíaca, la novela histórica y el folletín' y 'Las trayectorias poéticas de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez'.

Con la tradicional estructura de las pruebas de la ABAU de Lengua, un comentario de texto, cuestiones sobre el mismo más sobre aspectos gramaticales y, finalmente, una pregunta sobre el contenido literario de la asignatura a partir de un fragmento de una obra, arrancaban unas pruebas que llegan tras la polémica en otras comunidades, como Comunidad Valenciana o Asturias, producida por la dificultad de ciertos exámenes y con la propuesta encima de la mesa, planteada desde Galicia, de una selectividad única para garantizar la equidad.

Así lo defiende la Xunta y su propio presidente, Alberto Núñez Feijóo, quien demanda un nivel de exigencia "común" mientras el Ejecutivo central plantea un grupo de trabajo para dirimir si en efecto se produce algún tipo de disfunción en la forma que abordan la ABAU las distintas comunidades. No piensan los mismos los rectores. Desde la CRUE, que los agrupa en todo el Estado, defienden el sistema actual.

Tras un descanso llegaba la segunda prueba del día, en este caso la de Historia. Las opciones de la parte de explicación permitían escoger entre el Neolítico y los Reyes Católicos o el pensamiento Ilustrado y conquista y romanización. En la composición de tema, la elección estaba entre el reinado de Fernando VII y las reformas en la II República.

Los candidatos a un pupitre en alguno de los campus también llegaron esta mañana a las aulas donde tienen que poner a prueba sus conocimientos, con mayores exigencias de la CiUG, la entidad que organiza el examen, para evitar cualquier tipo de trampa o fraude. Orejas a la vista, como el año pasado, y la obligación de prescindir del móvil y de relojes inteligentes o cualquier otro dispositivo electrónico para hacer la prueba. Lo que no se dejaron en casa fueron los nervios.