La creación de la Universidad Internacional de la Empresa (UIE), impulsada por Abanca, continúa su tramitación, pero va despacio, por ser un proceso complejo, informó ayer la conselleira de Educación, Carmen Pomar, a los rectores de Vigo, Santiago y A Coruña, en la reunión del Consello Galego de Universidades.

La conselleira y el secretario xeral de Universidades, José Alberto Díez de Castro, defendieron que la legislación autonómica es más exigente que la de otras comunidades a la hora de autorizar campus privados, tanto que hasta ahora las iniciativas que lo intentaron no llegaron a buen puerto. También aseguraron que la iniciativa de Abanca no cuenta con oposición, pues el presidente de la entidad ha hablado de forma individual con todos los miembros del Consello Galego de Universidades y nadie ha mostrado su rechazo. Miembros de este órgano matizaron, según pudo saber este periódico, que no se han posicionado ni a favor ni en contra a la espera de conocer la letra pequeña de los planes de Abanca.

Los máximos responsables de los campus públicos aprovecharon la reunión del Consello Galego de Universidades, que ayer aprobó las tasas del próximo curso y la oferta académica, para demandar que de salir adelante el proyecto de Abanca las titulaciones que oferte la UIE no dupliquen las que ya imparten las universidades públicas. Advirtieron de que estarán "vigilantes" para que "no se cambie el nombre del grado pero el contenido sea el mismo de uno ya ofertado". También solicitan que el profesorado del potencial campus cuente con la cualificación suficiente para impartir docencia en un campus y quieren saber cómo se regularía el sistema de acceso.

Los rectores, según fuentes asistentes a la reunión, mostraron sus "reservas" y reticencias" por la creación de la que sería la primera universidad privada de Galicia y que pretende arrancar en el curso 2020-2021 o 2021- 2022. El proceso es largo, pues su constitución exige la aprobación de una ley en el Parlamento gallego y un decreto de la Xunta para dar luz verde al inicio de las actividades, entre otros trámites.

Las universidades gallegas están expectantes. Existe cierto temor porque fruto de la crisis demográfica los campus gallegos ya han perdido 22.000 alumnos desde el año 2000, si entonces se matriculaban en el primer curso 30.000 ahora rondan los 18.000.

Las universidades aguardan que de llegar a buen puerto el proyecto de Abanca no se dupliquen titulaciones ya existentes. Esperan que no se presenten con "nombres distintos" carreras "similares" a las que ya se imparten en los campus públicos. Pidieron ayer a Educación que se cumpla de forma escrupulosa la legislación.

La Lei do Sistema Universitario de Galicia establece que para crear una universidad en la comunidad, sea pública o privada, ésta debe arrancar como mínimo "con ocho títulos de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional, de los cuales al menos cuatro serán grados y dos programas de doctorado". Además, la oferta de la nueva universidad debe abarcar como mínimo "dos ramas de conocimiento".

La misma ley también estipula que el catálogo de titulaciones ofertadas por el nuevo campus debe "ser complementario y no reiterativo respecto a las titulaciones preexistentes y consolidadas en el Sistema Universitario Galego, valorándose especialmente su conexión con nuevas ramas surgidas en el campo científico y con nuevas necesidades profesionales".

Las universidades públicas también abogan porque el sistema de acceso al potencial campus privado sea el mismo que rige en los públicos. Es decir, en función de la nota media conseguida entre el Bachillerato y la selectividad. Es habitual que en carreras privadas, haya un modelo propio con entrevistas y pruebas que determinan la entrada, y que pueden ser más o menos flexibles. Ayer en el Consello Galego de Universidades se expuso que en los campus privados de España entran alumnos con notas bajas y rentas altas pero salen graduados con buenas cualificaciones.

Las universidades gallegas están a la expectativa de saber qué titulaciones concretas quiere impartir la nueva universidad, y con qué plantilla docente, pues la ley fija que los profesores de las Universidades públicas no pueden simultanear su docencia en campus privados.

Los rectores están dispuestos a no poner obstáculos a la nueva universidad, pero consideran, según fuentes universitarias, que debe considerarse una universidad más dentro del sistema universitario gallego, y, por tanto, debe coordinarse con las públicas en el Consello Galego de Universidades. Este consello sería el que aprobaría las nuevas titulaciones y el número de alumnos de cada grado. Defienden que la nueva universidad no podría ir por libre, ni aprobar titulaciones sin consenso y sin aprobación del Consello Galego de Universidades.

¿Qué se sabe de esta iniciativa? Que estaría gestionada por una fundación, la fundación Universidad Internacional de la Empresas, creada por Afundación, la fundación de Abanca. Tendría su rectorado en Santiago y contaría con campus en Vigo, Pontevedra y A Coruña. El campus de Vigo más importante podría ser el de Vigo y en él se impartirían estudios relacionados con Economía e Ingenería. En la primer ciudad de Galicia, su sede estaría en las instalaciones de Afundación en San Roque.

La nueva universidad no nacería de la nada. Su germen sería IESIDE, el centro docente que ya posee Afundación y ofrece un grado en ADE (Administración y Dirección de Empresas) y un MBA, entre otros títulos.

Afundación de Abanca correría con los gastos de la puesta en marcha de la nueva universidad, pero su intención es que sea autosuficiente.