Otro de las propuestas en las que trabaja la administración autonómica es en la creación de un sistema "inteligente" para hacer más eficiente la prestación de servicios básicos en la Galicia rural, e incluso fomentar la participación vecinal en las decisiones colectivas de su municipio. La idea, en realidad, parte del proyecto "Smart Villagues" o aldeas inteligentes con el que la Unión Europea quiere paliar la despoblación y el empobrecimiento de las áreas más afectadas por la sangría demográfica. El año pasado, la Consellería de Medio Ambiente trasladó al Ministerio de Economía su "Sistema de Información para un territorio intelixente", perfilado en común con el Instituto de Estudos do Territorio, varios departamentos ligados a Medio Rural, la Amtega y la Axencia Galega de Innovación (GAIN). En abril, el Gobierno central envió un requerimiento para reclamar una propuesta más detallada, e intentar pugnar por los fondos de innovación asociados al Feder.

¿Y cómo será una aldea inteligente del futuro? Según informan desde Medio Ambiente, su línea de trabajo pasa por utilizar servicios "geolocalizados" para colaborar en la "planificación y coordinación de los distintos medios de transporte" y sus rutas, o en una gestión más eficiente de "las redes de distribución de agua, electricidad o alumbrado". Además, se buscará ajustar la "localización de centros sanitarios o educativos" a las necesidades de la población del rural y se fomentará, al calor de la llamada democracia "digital", que los vecinos participen en la "elaboración de los planes urbanísticos", que se les consulte "sobre espacios naturales de interés local" o que puedan aportar ideas que mejoren la calidad de vida de su entorno.