Los episodios de sequía son cada vez más frecuentes. El último mantuvo a toda Galicia en alerta durante 15 meses desde enero de 2017 hasta abril del pasado año. La Xunta quiere estar preparada en caso de que se repita y ha elaborado un estudio sobre la capacidad de respuesta de los concellos si vuelven a escasear las precipitaciones. Según este diagnóstico, el 11 por ciento de los ayuntamientos de la comunidad autónoma, más de una treintena, tienen una "vulnerabilidad alta" en caso de sequía, es decir, hay una gestión deficiente del agua, no disponen de unas infraestructuras adecuadas o bien sus sistemas de captación no son suficientes para garantizar el abastecimiento.
Están en esta situación las ciudades de Vigo y A Coruña, además de otros municipios del sur y el interior de Pontevedra, así como concellos de la comarca de O Salnés, de la zona de Noia o el municipio de Verín. La Consellería de Infraestruturas no quiere hacer pública la lista concreta de ayuntamientos con una elevada vulnerabilidad ante la sequía para no entrar en conflictos con las corporaciones locales. En todo caso, la provincia de Pontevedra sería una de las más afectadas.
Tras identificar las zonas con mayor vulnerabilidad ante episodios de sequía, la Xunta advierte que, en cualquier caso, la competencia de garantizar el abastecimiento de aguas es municipal e insta a los concellos a acometer las intervenciones necesarias a la vista de los resultados de este estudio.
El informe realizado por Augas de Galicia identifica aquellos sistemas de abastecimiento "con una mayor necesidad de intervención", así como las zonas con más riesgo de quedarse sin agua si escasean las lluvias.
Para ello analiza, por un lado, si los recursos hídricos de esa zona son suficientes para proporcionar el volumen de agua que se demanda. Así, detectó, por ejemplo, que en el concello de A Coruña la disponibilidad de agua es escasa y "puede precisar puntualmente de la aportación de una fuente extraordinaria". También habría carencias en la captación de agua en la zona sur de Pontevedra, la comarca de O Salnés y la de Noia.
El funcionamiento de las infraestructuras hidráulicas es vital también para garantizar el suministro. Por esta razón, Augas de Galicia analizó si las plantas y depósitos municipales tienen la capacidad necesaria para tratar el volumen de agua que se demanda en una situación de normalidad y almacenarla en caso de corte de suministro por sequía. Y localizó infraestructuras que necesitan ser sustituidas o mejoradas, ya que en la actualidad no permiten aprovechar todo el potencial de recursos hídricos disponibles, especialmente si deja de llover durante una temporada larga. Éste es el caso, según la Xunta, de la Estación de Tratamiento de Agua Potable do Casal, en Vigo, que no está preparada para potabilizar el agua procedente de Eirás cuando el embalse está en niveles bajos. También falla la planta de Verín debido a su antigüedad.
El estudio detectó fallos también en las infraestructuras hidráulicas de concellos del área de Noia y del interior de Pontevedra.
Augas de Galicia ha identificado también donde hay una gestión deficiente de la red de abastecimiento en la que no se toman medidas para evitar las pérdidas de agua. La Xunta advierte que "son muchos" los concellos en los que el porcentaje de fugas en la red no se controla o está por encima de los niveles recomendados. "Su monitoreo y reducción deben ser incluidos como prioridad en los planes de gestión e inversión de los sistemas de abastecimiento", señala el Gobierno gallego.
Puesto que, según recuerda la Xunta, la competencia para realizar las obras necesarias es municipal, la administración autonómica se limitará a fijar "criterios y directrices adicionales" y a apoyar a las corporaciones locales. Un ejemplo son las ayudas que concederá a concellos de menos de 50.000 habitantes para que elaboren sus planes municipales de emergencia ante riesgo de sequía. Pese a que los municipios de menos de 20.000 habitantes están obligados a disponer de esta planificación, Infraestruturas lamenta que "de momento no consta la aprobación de ninguna" y su implantación está siendo "lenta".
