En moda lo viejo siempre vuelve. Y en política también. Los nuevos partidos se han desinflado y el bipartidismo recupera terreno. PP y PSOE acapararon en las últimas elecciones municipales en Galicia más del 66 por ciento de los votos, es el porcentaje más alto desde la irrupción en las autonómicas de 2012 de AGE, la primera fuerza que rompió la baraja de los partidos clásicos. A pesar de la fragmentación política, la mayoría de los electores concentra su voto en las formaciones de toda la vida. Y eso sucede con mayor intensidad en Galicia que en el resto de España, puesto que partidos como Ciudadanos o Vox han calado con menos fuerza entre los gallegos.

En el ámbito nacional PP y PSOE han logrado sumar en las municipales del pasado domingo el 51,49 por ciento de los votos, prácticamente lo mismo que el 52,08 por ciento de hace cuatro años. En Galicia, sin embargo, el bipartidismo tiene más peso, pues llega al 66 por ciento, casi quince puntos más que la media nacional. Y además ha crecido respecto a la última convocatoria de comicios locales en más de cuatro puntos (61,9 por ciento).

Los gallegos, por lo tanto, se arriesgan ahora menos que los electores de otras partes del Estado en las nuevas fórmulas políticas. No siempre fue así. En 2012 la entrada de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en el Parlamento gallego abrió un nuevo escenario en el que el bipartidismo empezó a cotizar a la baja. Fue el germen de las mareas e inspiración para Podemos. Y más tarde llegarían Ciudadanos y finalmente Vox.

Los duros efectos de la crisis sobre la población y la corrupción política generaron un desapego y y un hastío de los ciudadanos hacia las formaciones tradicionales que decidieron dar cancha a otras alternativas.

Antes de que esto sucediera, en las generales de 2011, populares y socialistas se repartían prácticamente toda la tarta en Galicia: juntos sumaban el 80,34 por ciento de las papeletas.

Un año después, en las autonómicas, el peso del bipartidismo cayó al 66 por ciento y AGE inició su andadura política con nueve diputados, convirtiéndose en tercera fuerza.

Podemos dio la sorpresa en las europeas de 2014 y el apoyo a populares y socialistas se desplomó en la comunidad gallega al 56,87 por ciento.

En las municipales de 2015 irrumpieron las mareas, que conquistaron las alcaldías de tres ciudades. Y por la derecha entró tímidamente Ciudadanos. Esto rebajó al 61,9 por ciento los apoyos de PP y PSOE.

Pero el mayor golpe al bipartidismo fue en los comicios generales de diciembre de 2015. La confluencia de Podemos y las mareas dieron el sorpasso al PSOE y se convirtieron en segunda fuerza en la comunidad gallega.

Las autonómicas de 2016, el tablero estuvo también muy dividido. En Marea se convirtió en segunda fuerza en el Parlamento gallego y Ciudadanos rascó casi 50.000 votos a la derecha.

Sin embargo, partir de ese momento, la formación morada empezó a perder fuelle, los alcaldes de las mareas empezaron a sufrir el desgaste y los líos internos comenzaron a lastrar a En Marea.

Vox fue la última fuerza política en entrar en juego, pero en Galicia apenas ha calado. En las últimas elecciones municipales del 26 de mayo no consiguió ningún edil. Además, la formación de Albert Rivera prácticamente duplicó sus resultados, pero no deja de ser una fuerza residual, con el 1,93 por ciento de los votos. Y las mareas y Podemos se han hundido.

En este escenario, el bipartidismo empieza a consolidarse de nuevo. Y eso, a pesar de que el PP obtuvo en las municipales el peor resultado de su historia, solo mejor que el obtenido en las generales del 28 de abril. Este desplome de los populares, sin embargo, se compensa con el auge de los socialistas, que consiguieron un 32,76 por ciento de los apoyos en los comicios locales. Los 493.620 papeletas que logró el PSdeG en las elecciones del 26 de mayo fueron su mejor resultado de los últimos veinte años. Juntos suman casi un millón de papeletas, ochenta mil más que hace cuatro años.

Y a estas dos fuerzas, se suma otro partido tradicional en Galicia: el BNG. Los nacionalistas, aunque a pasos lentos, están recuperando el terreno que perdieron con la irrupción de las mareas. En las municipales consiguieron el 12,47 por ciento de los votos. Es su mejor resultado desde 2011.

Los tres partidos clásicos, PP, PSOE y BNG, suman así en Galicia casi el 80 por ciento de todos los votos, de manera que las nuevas formaciones políticas se reparten únicamente dos de cada diez sufragios de la tarta electoral.