Las medidas para frenar el consumo de alcohol , aunque todavía quedan señales de alarma. El consumo de bebidas alcohólicas en jóvenes de entre 14 y 18 años se redujo un ocho por ciento en dos años, pero todavía sigue siendo elevado. Seis de cada diez adolescentes admiten haber tomado alcohol en el último mes. Y además repunta el botellón casi un 10 por ciento. Más de 13.200 jóvenes gallegos se reúnen para beber en la calle.

Son los datos de la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes 2016/2017), elaborada por el Plan Nacional sobre Drogas. El alcohol es, con diferencia, la sustancia más consumida. A los 14 años los adolescentes gallegos empiezan a beber. La edad de inicio se ha estancado respecto a 2014, pero si se compara con 2012 se comprueba que los jóvenes empiezan ahora más temprano a consumir estas bebidas, puesto que hace siete años no probaban el alcohol hasta casi cumplidos los 17.

Y el consumo es mayoritario. Solo tres de cada diez chavales de entre 14 y 18 años aseguran no haber tomado nunca bebidas alcohólicas. El 70 por ciento restante ha tomado ya alguna cerveza, vino o una copa. Y, aunque puede ser un consumo ocasional, casi todos (el 60 por ciento) declaran haber bebido en el último mes: son más de 37.300 jóvenes.

A pesar de que las cifras de consumo aún son elevadas, la evolución es positiva. En 2012 el 73 por ciento de los adolescentes había bebido alcohol en el último mes y en 2014 la cifra fue del 65,3 por ciento. Según los últimos datos referidos a 2016, baja al 60,3 por ciento. Hay, por lo tanto, una reducción de casi el ocho por ciento de jóvenes bebedores en los dos últimos años.

No solo cae el porcentaje de adolescentes que toman alcohol sino que también disminuyen los consumos de riesgo. Solo el 22,8 por ciento de los estudiantes de Secundaria encuestados ha abusado de la bebida en el último mes, frente al 29,6 por ciento de hace dos años.

Y, por lo tanto, se reducen también las borracheras. Si en 2014 dos de cada diez jóvenes gallegos reconocían haber sufrido una intoxicación etílica en los últimos treinta días, en la última encuesta este porcentaje se reduce al 16,6 por ciento. Aún así, son más de 10.000 los adolescentes que declaran haberse emborrachado en el último mes.

Solo el botellón ha repuntado. Casi la mitad de los estudiantes de Secundaria reconoce haberlo practicado alguna vez, pero dos de cada diez participaron en estas concentraciones para consumir alcohol en el ultimo mes: unos 13.200 chavales.

La Ley gallega de prevención de bebidas alcohólicas en menores, que entró en vigor en 2011, prohíbe la venta y el consumo de bebidas alcohólicas por jóvenes de menos de 18 años, pero deja en manos de los concellos la regulación del botellón. Y el problema es que la mayor parte de los ayuntamientos no disponen de recursos para controlar este fenómeno.

El Gobierno estaba preparando una normativa para poner freno al consumo de alcohol por parte de menores, que incluía, entre otras medidas, la prohibición del botellón.

A pesar de que hubo avances en los últimos años, no han sido suficientes y las cifras de consumo de alcohol en adolescentes siguen siendo elevadas. De ahí que también la Xunta haya planteado reformar su ley. En un principio iba a esperar a que estuviera lista la norma estatal, pero debido a la demora en su tramitación la Consellería de Sanidade decidió retomar los trabajos para afrontar una reforma legal que permita "avanzar en la desnormalización del consumo, incrementar la percepción de riesgo de la población y limitar en lo posible el acceso de los menores a estas bebidas".