El que fuera administrador único de Mahía Inmobiliaria, acusado junto con otras cinco personas del posible desvío de fondos a otras firmas para perjudicar a un socio, se ha atribuido en exclusiva las decisiones sobre las operaciones económicas que se investigan, aunque las ha vinculado al normal funcionamiento de una empresa y sostuvo que sigue creyendo que "no perjudicaron a nadie".

La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, reanudó el juicio en el que se trata de dilucidar la implicación de Ramón López Casal y de otros cinco acusados en el posible desvío de fondos para perjudicar a un socio, que fue quien denunció los hechos.

La sesión se centró en la declaración de Ramón López, que ha desvinculado a los otros acusados de la toma de decisiones que derivaron en las operaciones que se investigan, y por los que Fiscalía pide penas de prisión que oscila entre los 12 y los nueve años de cárcel.

En la empresa, según explicó ante el tribunal, era él el que "tomaba las decisiones", mientras que el resto de los acusados, entre los que están dos de sus hijos, actuaban por mandato suyo en las operaciones comerciales que desarrollaba la entidad.

"Las decisiones las tomé yo, y no entendí que hiciésemos una cosa extraña", aseguró el principal acusado. "Sigo creyendo que no perjudiqué a nadie", sentenció. En relación al socio que lo denunció por desvio de fondos, López señaló que él"sabía que tenía otras sociedades" y que "siempre" le proporcionó "toda la información que quiso".