El autogobierno gallego echó a andar hace casi cuarenta años y lo hizo prácticamente de prestado. Con una Xunta instalada en un ala del Pazo de Raxoi (Santiago), el Parlamento fue haciendo escala en el Pazo de Xelmírez -cedido por el arzobispado compostelano- y el de Fonseca -facilitado por la USC- hasta instalarse en 1989 en los pabellones militares de O Hórreo, su actual sede. Nacía entonces una autonomía en precario que nada tiene que ver con la de hoy, convertida en una administración que además de gestionar 9.850 millones de presupuesto, tiene a su cargo una ingente cartera de activos.
Solo el apartado inmobiliario se compone de 5.058 bienes, cuya valoración supera los 976,4 millones. Se trata de un patrimonio variopinto -escuelas, carreteras, hospitales, puertos y hasta islas como las Cíes y las Ons- que, sumadas, ocupan 184 kilómetros cuadrados de superficie, según la última Conta Xeral de la Xunta correspondiente al ejercicio de 2017. En total, la huella de todos esos bienes equivale a la superficie de los ayuntamientos de Vigo (109) y Gondomar (74,5).
Por provincias, es en Ourense donde la administración autonómica maneja bienes por un mayor número de kilómetros cuadrados. Son un total de 107, lejos de los 35 localizados en A Coruña, los 28 de Lugo y los 13 de Pontevedra.
A este respecto, el departamento que más destaca es la Consellería de Medio Rural. Bajo sus competencias tutela 134,6 kilómetros cuadrados -el 74% del total- distribuidos entre montes, las "masas sobrantes" que dejaron los procesos de concentración parcelaria, la gestión de las antiguas oficinas de las cámaras agrarias y hasta oficinas de pescadores, entre otras. La mayoría se localizan en las provincias de Ourense (71,4) y A Coruña (30,2), mientras que la extensión es menor en Lugo (24,2) y sobre todo Pontevedra, con 8,6 kilómetros cuadrados.
Por consellerías, la segunda consellería que más superficie administra es Medio Ambiente: un total de 36,4 kilómetros, en buena medida gracias a los 32 kilómetros cuadrados de Salgueiros, una aldea ubicada en pleno corazón del Parque Natural do Xurés, en Muiños (Ourense), que la Xunta adquirió en 2006 como parte de un proyecto de rehabilitación de la zona.
En tercer lugar se sitúa la Consellería de Cultura y Educación. El departamento -que se dividió el año pasado dando lugar a dos consellerías- manejaba en 2017 un patrimonio de 3,8 kilómetros cuadrados, dentro del cual se hallaban todos los institutos y centros escolares públicos pero no la Ciudad de la Cultura de Santiago, administrada por una fundación.
Sin embargo, el hecho de que estas tres consellerías cuenten con los bienes más extensos no significa que sean los más preciados, en términos de valoración catastral. En este punto rivalizan A Coruña y Pontevedra, con propiedades que suman 399 y 314 millones de euros respectivamente. Ourense se sitúa dentro del podio, con 142 millones, y Lugo a la cola, con 107.
Siguen siendo las infraestructuras del Sergas las joyas del inventario de la Xunta, con una tasación que supera los 359 millones de euros, según consta en el informe de la subdirección xeral de Patrimonio: solo el Hospital Clínico de Santiago alcanza los 100 millones de euros. Por detrás le siguen los bienes de la Consellería de Educación, con una valoración de 251 millones y la Vicepresidencia y Consellería de Presidencia, con 53,5 millones entre todos sus activos.
