"Eran jóvenes y tenían toda la vida por delante, con muchos planes de futuro juntos y enormes ganas de disfrutar de la vida". Así describen los familiares de Alberto Chaves al joven de Rianxo fallecido en los atentados de Sri Lanka y a su pareja, María González, vecina de Pontecesures y que también perdía la vida en los ataques terroristas.

"Habían aprovechado las vacaciones de Semana Santa para estar juntos y unos desalmados acabaron con sus vidas", lamentan. El joven trabajaba trabajaba en Profand Vayalat, en la India, una filial de la empresa de congelados viguesa Profand. Su pareja había viajado hasta Sri Lanka para compartir unos días. Allí se alojaban en el hotel Kingsbury, uno de los establecimientos hoteleros de lujo de la capital sacudida por la oleada de explosiones.

Las mismas fuentes familiares señalan que supieron de la trágica noticia en la tarde-noche de ayer, "pero no dábamos crédito y estuvimos esperando a la confirmación oficial, con la esperanza de que todo fuera un error, pero no fue así".

Los vecinos, amigos y familiares de la joven pontecesureña María González, hija única y a quien mucho conocían como María Magán, ya que es el segundo apellido del padre, relatan que era "una gran chica que trabajaba con su padre en la tienda de ropa y protección laboral que tienen en Padrón", llamada Mayper.

Se trataba de "una pareja muy conocida y querida, al igual que lo son sus familias", apostillan tanto en Pontecesures como en Rianxo.