Se presenta con los apuntes debajo del brazo, porque antes de ser cabeza de lista por Pontevedra en la candidatura de En Marea al Congreso, Iris Malvido ya estudiaba oposiciones. Esa realidad, que comparte con otros muchos otros jóvenes de la "xeración Xabarín", como dice, es la que quiere volcar a su acción política. Malvido siempre sonríe, hasta para hablar de los problemas internos de una marca que ve con posibilidades para obtener "representación digna" el 28-A.

-¿Qué viene a aportar Iris Malvido a la primera línea de la política?

-La apuesta por mí es por las personas jóvenes y por las mujeres. Lo que puedo aportar es que soy una persona real, con problemas y soluciones reales. Cuando veo la realidad de mis amigas. cuando estuve emigrada o cuando veo a mi hermana, que se está a punto de terminar la carrera, que se encuentra en el mismo abismo que yo, quiero buscar soluciones a eso.

-Anova, Cerna, En Marea? Su vida política también explica una parte de la trayectoria de la izquierda rupturista.

-No lo diría así. Me impliqué en Anova porque Beiras hacía un discurso que me llegaba. Sin embargo, no coincidí del todo una vez que estaba allí y después siempre fui como independiente. Para mí lo importante es crear espacios seguros de toma de decisiones y que las personas nos sintamos escuchadas. Para mí eso es En Marea.

--En su puesto todas las miradas estaban puestas en Alexandra Fernández, que dio un paso atrás, ¿siente quizá por ello una mayor responsabilidad o presión?

-Desde luego. Me sentí muy representada por Alexandra Fernández, como persona joven y de mi edad. Entiendo perfectamente su decisión. Por supuesto, hay una gran presión. La labor de la candidatura es recoger el trabajo que hizo y continuarlo.

--La encuesta preelectoral del CIS no daba escaños a En Marea. ¿Hay motivos para el optimismo?

-Un montón. El CIS se hizo hace un mes, con lo cual parece poco probable que hicieran una separación de los votos. En cualquier caso, las encuestas tienen resultados volátiles, como se demostró en Andalucía. La verdadera encuesta será el 28-A

-En cambio, En Común-Unidas Podemos obtendría dos. De producirse este resultado, ¿confirmaría que los partidos eran el verdadero motor de la confluencia?

-Realmente creo que En Marea tendrá representación y que será digna. Sigo pensando que los partidos son auxiliares, la decisión tiene que estar en las personas. Una de las cosas positivas que tiene En Marea es que apostó por la radicalidad democrática, sigue haciendo procesos en las que cualquiera puede participar. Ése es el camino y espero que el día de mañana se vea recompensado en las urnas.

-¿Los problemas internos alejaron al rupturismo de la gente?

-Soy muy optimista con eso porque lo veo en la gente con la que me relaciono. Dentro de En Marea hay personas muy plurales, incluso gente de Podemos, EU, Anova y hablo con la gente que no tienen nada que ver política, con mis amigas, y ellas ven a En Marea como lo que es: la segunda fuerza a nivel gallego y una alternativa real. Que hubiera una coherencia en todo este proceso creo que va a hacer que haya confianza de los votantes hacia En Marea. Lo peor que puedes hacer en política es no apostar por lo que defendías.

-En esta circunscripción, compite directamente con Yolanda Díaz, que no es pontevedresa, ¿cree que ése es su punto débil?

-Es una pregunta para ella.

--¿Y cree que puede defender mejor los intereses de Pontevedra que ella, que no conoce la provincia tan de cerca?

-Tengo mucha sensibilidad con mi provincia y creo que eso es importante. Sensibilidad por los problemas, que tengas conocimiento por el tejido industrial, Bosch, Vulcano, el automóvil? Tanto el automóvil como el naval tienen que ser el "Silicon Valley" del Estado.

-Si Sánchez necesitara de los votos de En Marea o del suyo, ¿puede ya contar con él?

-En Marea va a apostar por mayorías progresistas a nivel de Estado, pero lo va a hacer con la Axenda Galega do Cambio encima de la mesa y negociando con eso.

Podemos y En Marea miden fuerzas tras el divorcio

  • Si la izquierda gallega se juega quién se postulará como líder de la alternativa a Feijóo en las autonómicas de 2020, Podemos y En Marea se repartirán los apoyos y costes electorales de su divorcio, que afectará no solo a las generales, sino a las municipales del 26 de mayo. El capital político de la autoproclamada izquierda rupturista se dividirá entre dos de sus actores, mientras que otro se queda en casa. Competirán en las urnas En Marea, el partido dirigido por Luís Villares, y la coalición En Común-Unidas Podemos (Podemos, Esquerda Unida, Mareas en Común y Equo). Anova, molesta con el trozo del pastel de las candidaturas, que les reservaban estos últimos decidió no participar. Ante la sucesión de roces, reproches y acusaciones mutuas, los 347.542 gallegos que confiaron hace tres años en la coalición -cinco diputados- se debatirán entre pasarles factura por su guerra civil y elegir qué papeleta prefieren. Ahí la estrategia del PSdeG también afectará, pues no solo el PP apelará al "voto útil" a la derecha para frenar a Vox, sino que los socialistas también condicionarán el freno a un gobierno "de las derechas" al "voto útil" a sus siglas, a tenor de la dispersión del rupturismo. El efecto de ese reparto de votos será determinante no solo para el Bloque, posible heredero del voto nacionalista que los abandonó para irse con Beiras, sino para todo el tablero político. Fuentes del PP reconocían hace días sus cábalas sobre el impacto de la dispersión de este voto en sus propios intereses. El CIS pronostica un varapalo para En Marea, a la que deja sin representantes, y una fuerte caída para En Común, que retendría un acta por Pontevedra y A Coruña, confirmando la idoneidad de la maniobra de situar a Yolanda Díaz, número 2 por A Coruña en 2015 y 2016, como puntal por la provincia pontevedresa. Una vez se celebren los comicios, quedará claro qué bloque es el fuerte y abrirá la incógnita de si la guerra entre ambos se traslada de forma inminente al Parlamento gallego, donde aún comparten grupo, o se demora hasta después de las municipales, donde la división será mayor. De hecho, los miembros de Podemos y EU que forman parte del grupo parlamentario de En Marea ya han consultado a los servicios jurídicos las opciones existentes para tumbar como portavoz a Villares, que se ha hecho con el control del partido instrumental, pero carece de mayoría en O Hórreo. Además, el bloque de Podemos comenzará a preparar la estrategia para presentar un candidato propio a la Presidencia de la Xunta del año que viene, si no lo consensúa con Anova. "Las generales clarificarán quién gana de cara a las autonómicas y quién es derrotado, o si los dos son derrotados", augura Bastos. La campaña será clara. En Común se presentará como el voto que permita aplicar políticas de izquierda "verdadera" al PSOE y En Marea reivindicará su autonomía frente a las "tutelas" de Pablo Iglesias, citando el apoyo al presupuesto de Sánchez que reducía la inversión en Galicia un 19%.