Fuerza extrema, ultravelocidad, capacidad de mover objetos a distancia o de leer el pensamiento... Cuando se piensa en "superpoderes" esos son los que en primera instancia podrían sonar en una época en la que están de moda los superhéroes. Sin embargo, la Consellería de Educación está convencida de que hay otro tipo de "superpoderes" que se pueden fomentar en los niños para que descubran y cultiven sus propios talentos naturales, como destacó ayer la titular del ramo, Carmen Pomar.

La motivación, el ingenio, la comunicación, la persuasión, la negociación y la capacidad de trabajar en equipo y de dirigir equipos serían los superpoderes que se planteó la Xunta como objetivo con el programa "Superlíderes", que este curso funcionó como una experiencia piloto y culminó ayer en Santiago con 80 finalistas con edades de entre 8 y 9 años -de 3º y 4º de Primaria- de siete centros educativos gallegos -tres de Pontevedra: el CEIP de Espedregada, en Poio, el de Ponte Sampaio, en Pontevedra, y el Plurilingüe Atalaya-Cantabria, en Vigo-. Son los que disputaron la final de un programa que pretende "sensibilizar" a los alumnos en el "espíritu emprendedor" y que, en la práctica, les proporciona, entre otras, habilidades para expresarse ante un auditorio.

Tras una preparación de meses en la que se buscó que el alumnado conociese, practicase y fortaleciese las seis competencias que "los convertirán", según la Xunta, en "auténticos" Superlíderes, los pequeños defendieron ayer, con su respectiva presentación incluida, y algunos incluso con el añadido de una versión cantada, los "retos" que habían preparado en el aula junto a un buen número de compañeros. Por ejemplo, en uno de los casos, el denominado reto "negociador", los candidatos a "superlíderes" disponían de tres minutos para exponer sus argumentos sobre un tema de actualidad candente en las aulas: el uso de teléfonos inteligentes.

En concreto, los niños debían refutar que "los niños y las niñas no deben usar los móviles hasta los diez años", alegado por una supuesta ANPA del centro educativo, y para ello debían tener en cuenta que "negociar es visibilizar el mayor número de beneficios para el mayor número de personas" de la comunidad educativa. En la exposición de los estudiantes de 3º, por ejemplo, desfilaron todo tipo de argumentos y mucho sentidiño. Por ejemplo, defendieron que "el uso del móvil no es malo", sino que lo es el uso "excesivo y no controlado", como argumentó uno de los aspirantes. "Forman parte de nuestra realidad cotidiana", "favorecen el desarrollo de habilidades tecnológicas" o "potencian nuestra seguridad al poder estar localizados", alegó otra. También hablaron de "completar tareas escolares". Y por si estas razones no convencían al jurado, que debía evaluar facetas como el lenguaje verbal y corporal, la capacidad argumentativa y de síntesis o la ejemplificación o el ingenio expositivo, entre otras, en cada "ponente", recurrieron a razonamientos del tipo "la prohibición no es la solución, más importante es aconsejar sobre su uso". Con el aviso añadido de que lo que "más se prohibe siempre es lo más atractivo".

En el reto "motivador", otro de los planteados, junto al creativo, el comunicativo, el persuasor y el director, los candidatos tenían que argumentar, utilizando un lenguaje "positivo y dibujando un horizonte inspirador, motivos" por los que garantizar la igualdad de oportunidades. Entre los alumnos de 4º que aspiraron a ser elegidos "superlíderes", se habló de prevención de violencia, de igualdad salarial y de trato, de cómo para educar a los niños hay que darles "ejemplo" y la oportunidad de elegir juguetes, actividades y deportes, o de que hay que enseñar que "los niños también lloran". "El futuro depende de lo que hagamos hoy", defendieron, mientras en otros retos sus compañeros miraron también al futuro al indicar cómo reducir la contaminación o animar a no hacer "bullying".

Aunque, como recordó al principio de la jornada Eugenia Pérez, subdirectora xeral de FP, todos los niños debían ya sentirse "ganadores" por haber trabajado durante meses en habilidades que cree que les ayudarán a su desarrollo personal o a resolver problemas, al final hubo que escoger y se entregaron premios por reto y por curso -desde kits de robótica a drones- a una docena de alumnos, entre ellos a dos estudiantes de 3º del CEIP Ponte Sampaio, en las categorías de dirección y motivación. El "supercole" -el centro con más ganadores- fue el CEIP Flavia (Padrón).

Carmen Pomar también subrayó que los niños participantes demostraron que se esforzaron "mucho para convertir el talento natural en un superpoder". La conselleira agradeció a los centros haberse comprometido con el programa piloto y avanzó futuras ediciones. Profesores como Raquel Quintás, que imparte la asignatura de Valores, mostraron su satisfacción por la experiencia, que divirtió a los niños y que recomendó tras explicar que los estudiantes que representaron al colegio ayer con su ponencia fueron elegidos por votación por sus compañeros.