La Xunta abre la puerta por primera vez desde el curso 2015-2016 a que las universidades aumenten la oferta de plazas en grados y másteres el curso que viene, pero solo en titulaciones con demanda laboral y social, y solo después de haber justificado y defendido el incremento. Pese a este crecimiento potencial de plazas, la Consellería de Educación da por supuesto que la oferta global de plazas en los siete campus no se elevará, pues habrá otros estudios en los que se recortarán plazas, por ejemplo con la obligación ya existente de eliminar los másteres que lleven tres cursos con 20 alumnos o menos.

¿Qué requisitos deben reunir los títulos para optar a un aumento de plazas? Según publicaba ayer el Diario Oficial de Galicia, cada rectorado deberá presentar una petición en la que justifiquen la demanda social y laboral de los títulos.

La Consellería de Educación tendrá en cuenta la nota de corte de los tres últimos cursos y la lista de espera, es decir cuántos estudiantes se quedan sin poder ingresar en la facultad que desean. Los campus también podrán presentar informes de organismos nacionales e internacionales sobre la demanda del mercado laboral de profesionales con estos títulos, así como estudios de colectivos profesionales sobre la idoneidad del incremento de oferta.

La Xunta además valorará la tasa de empleabilidad del grado y máster en cuestión, teniendo en cuenta los estudios que publica periodicamente la Axencia para a Calidade do Sistema Universitario de Galicia sobre la inserción laboral de los licenciados gallegos. Y analizará las cotizaciones a la seguridad social de estos profesionales.

El departamento que dirige Carmen Pomar sólo admitirá un aumento de plazas en un grado o máster, si su tasa de graduación sistemáticamente es del 50 por ciento o más, considerando la tasa de graduación el tiempo que tarda un alumno en finalizar sus estudios, para lo cual se toma como referencia lo previsto en el plan más un año de margen adicional.

Además, en el caso de titulaciones ofertadas por más de una universidad, se tendrá en cuenta el equilibrio de la oferta dentro del conjunto del Sistema Universitario Gallego.

En el extremo opuesto, los rectorados pueden plantear una reducción de plazas en otras titulaciones. Por ejemplo, cuando en los últimos tres años no cubran todas las plazas ofertadas y cuando en el mismo periodo de tiempo la tasa de graduación sea inferior al 35%. Hasta ahora Educación fijaba un máximo de un 5% de plazas de recorte, pero para el próximo curso elimia este máximo.

En el caso de no querer eliminar plazas en estudios con una tasa de graduación inferior al 35%, el campus debe presentar un plan para mejorar en tres años ese porcentaje.

Si se trata de másteres, la Xunta obliga a cerrar los que en los últimos tres años no alcanzaron una media igual a superior a 20 alumnos, aunque fija excepciones, como los vinculados a los programas Erasmus Mundus, los habilitantes para el ejercicio de una profesión o los que presenten una matrícula en constante crecimiento, con una media igual o superior a 18 alumnos.

La Xunta, en base a las propuestas de los rectores, tomará una decisión, pero la definitiva se toma en Madrid, en el seno del Consejo General de Política Universitaria, donde están representados el Gobierno, las comunidades y las universidades.