Algo más de 486 millones de euros se gastan anualmente las siete ciudades gallegas en costear los servicios municipales que cada municipio está obligado a prestar como mínimo. Se trata de veinte categorías entre las que se incluye el alumbrado público, la recogida de residuos, la limpieza viaria, el suministro de agua potable, alcantarillado, bibliotecas, pavimentación de vías, tratamiento de residuos o incluso los cementerios. Sin embargo, las características de cada concello, que puede encarecer más o menos esas prestaciones debido a orografía o dispersión, y su distribución de recursos genera diferencias de casi el doble de coste por vecino. Al frente del gasto se sitúa la ciudad más poblada de Galicia, Vigo, con 601 euros per cápita, frente a los 325 de Pontevedra. Se trata de una diferencia de 299 euros, según los datos del Ministerio de Hacienda correspondientes al año 2017, último ejercicio analizado.

La crisis económica que estalló en 2008 con la caída del banco estadounidense Lehman Brother situó a España al borde del rescate de toda su economía. En 2012, punto álgido de la recesión, se aceleraron los recortes y se aprobaron diversas medidas para radiografiar el gasto público y poder embridarlo para atajar el déficit. Una de esas herramientas fue la reforma local de 2013, que impuso el cálculo municipal del coste de la prestación de sus servicios básicos. Los dividió en dos categorías. Por un lado, los citados veinte servicios obligatorios. Por otro, aquellos "correspondientes a competencias propias de los municipios" que pueden prestar o no, como Policía Local, ferias, equipamientos culturales, conservación de la edificación o incluso promoción de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

En todos los casos, se pueden prestar por vía directa o bien a través de sociedades públicas, mixtas o privadas mediante una concesión. Vigo se sitúa al frente de la lista con un desembolso total de 173 millones de euros, diez millones más que en 2015, lo que supone 601 euros per cápita.

También aumentaron sus costes en esta materia Santiago y Lugo. En el primer caso, en dos millones de euros hasta los 48, con un dato por vecino de 496 euros. En el segundo, con seis millones adicionales hasta una factura total de 38,3: 395 euros por ciudadano, según los datos del Ministerio de Hacienda.

Muestran una tendencia contraria A Coruña, Ferrol y Pontevedra. La primera, la segunda localidad más poblada de la comunidad, rebajó el gasto en las citadas prestaciones básicas en casi cuatro millones hasta los 132, con una distribución de 547 euros per cápita. El ahorro en Ferrol es mayor, pues suma ocho millones hasta los 20 y un desglose por cada habitante de 302, el más bajo de Galicia.

Pontevedra presenta el segundo menor coste por vecino de las ciudades y una reducción en la factura global de 3,7 millones hasta situarla en 26,3. El coste per cápita es de 325 euros.

Ourense

OurenseUn capítulo aparte merece Ourense, la única ciudad que gobierna el PP y la única que en el presente mandato municipal que se abrió en 2015 no ha podido aprobar unos presupuestos. Los populares gobiernan allí con las cuentas prorrogadas del último gobierno socialista. Ferrol, por ejemplo, logró el año pasado sacar adelante las primeras cuentas del Ejecutivo de Ferrol en Común.

Hacienda carece de datos actualizados sobre el coste de los servicios municipales de Ourense, por lo que mantiene los de 2015, que ofrecían un balance global de 54,3 millones de euros y una distribución por vecino de 511 euros.