Galicia oposita para acuartelar a la UME

La Unidad Militar de Emergencias (UME) abandona Rianxo tras dos intensas jornadas luchando contra el fuego. A media tarde de ayer diversas secciones de este departamento esperaban órdenes de sus superiores para saber en qué momento emprender el viaje de regreso a casa.

En función de cómo evolucionaran los acontecimientos, ya que quedaban todavía zonas de máximo riesgo en el área de influencia del incendio declarado en Dodro y propagado por Rianxo, volverían a su base en León ayer por la noche o esta misma mañana.

En cualquier caso saben que es un "hasta luego" y que más pronto que tarde tendrán que volver. "Si las cosas no cambian... si el monte sigue así, este verano puede ser muy duro en Galicia, por lo que, a buen seguro, tendremos que regresar en más de una ocasión para sofocar incendios", explicaban algunos de los 98 miembros de la UME desplazados a la comunidad gallega.

"Ya podríamos montar una base permanente aquí", bromeaban algunos efectivos mientras recogían mangueras en las zonas más afectadas de las parroquias de Rianxo y Leiro.

Aquellos eran solo dos de los múltiples retenes establecidos en el municipio rianxeiro, pues también había soldados montando guardia, refrescando las zonas quemadas, vigilando casas e incluso sofocando la últimas y ya pequeñas llamas que avivaba el viento, como sucedía en O Barral, Burés y Somoza, entre otros puntos.

Los desplazamientos más frecuentes desde León

"Desde nuestra base acudimos en caso de gravedad o emergencia a los incendios que se producen tanto en Castilla León como en Cantabria, Asturias y Galicia, y desde luego los montes gallegos son ya los que mejor conocemos porque es a dónde nos desplazamos con más frecuencia", reflexionaban los militares en un momento de descanso.

Recordaban así lo sucedido el año pasado en Vigo, As Neves y Baiona, entre otros puntos de la provincia, como también rememoraban su intervención en Xiabre (Vilagarcía), A Curota (Arousa Norte), Porto do Son y otros espacios donde se vivieron auténticas tragedias medioambientales -como la de Rianxo- durante los últimos veranos.

"No nos gusta hablar de lo que hacemos porque es nuestro trabajo, nuestra obligación y nuestra pasión", explicaban al tiempo que trataban de restar méritos a la labor que desempeñaron en el municipio rianxeiro.

Vecinos agradecidos

Mientras decían esto y reponían fuerzas había vecinos que se acercaban para agradecer su participación en las labores de extinción. Y algunos lo hacían diciendo que "los militares han salvado nuestras casas" a lo que otros añadían que su papel "fue fundamental", al igual que el desempeñado por otros cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencias, ya que entre todos consiguieron que el incendio se quedara en "solo" un millar de hectáreas, pues visto lo visto, pudieron ser muchas más.

"Cuando nos den la orden de replegarnos tendremos que recoger nuestras pertenencias, que hemos depositado en el polideportivo, y emprenderemos un viaje de seis o siete horas hasta León, ya que por la capacidad de medios materiales que movilizamos para disponer de máxima autonomía el trayecto se hace siempre muy lentamente", reflexionaban los miembros de la UME consultados por FARO cuando apagaban un pequeño foco activo a las seis de la tarde de ayer en las inmediaciones de O Pazo.

Eran soldados de diferentes puntos de España -algunos con raíces sudamericanas- y todos coincidían en señalar: "Es una lástima porque en Galicia tenéis unos montes preciosos".