El Gobierno aprobó ayer el reglamento de adopciones internacionales, que persigue reducir los tiempos de tramitación, que hasta ahora son "farragosos y largos", agilizar los procedimientos y otorgar mayor seguridad jurídica a los menores y las familias adoptantes.

La nueva regulación permitirá a las familias elegir el organismo acreditado con el que gestionar su procedimiento y fija un único modelo de contrato e idénticos costes de los trámites.