El Impuesto sobre Bienes Inmuebles se consolida como la principal vía de ingresos de los ayuntamientos gallegos. Casi el 23 por ciento de su presupuesto, uno de cada cinco euros, proviene del IBI. Esto no era así hace una década, cuando el peso de este tributo se reducía al 14 por ciento del total.

En 2017 los ayuntamientos gallegos obtuvieron unos ingresos de 2.171 millones de euros, de los cuales 494,5 proceden del Impuesto sobre Bienes Inmuebles.

La recaudación por IBI es cinco veces más que lo que reciben por el impuesto sobre vehículos, que es su segunda fuente de ingresos en importancia. En 2017 el tributo de circulación les reportó 115 millones, solo diez millones más que hace diez años.

El otro impuesto importante para las arcas municipales es el de actividades económicas, un tributo que se vio muy afectado por la crisis económica. Aún así, ahora mismo se sitúa en los 73,7 millones de euros, pero su crecimiento ha sido solo de un nueve por ciento respecto a hace una década.

Por último, el impuesto de plusvalías, que ahora está en proceso de reforma tras anularlo el Supremo, supuso en 2017 una recaudación de 40,7 millones de euros para las arcas de los concellos gallegos.