El impuesto que grava los bienes inmuebles llena cada vez más las arcas municipales. En un lustro la recaudación del IBI se ha elevado un 20 por ciento y los concellos ingresan ya 83, 4 millones más que en 2012. Ese año marcó un antes y un después puesto el Gobierno acordó una subida de los tipos del IBI y poco después el Catastro inició un proceso de regularización para destapar bienes ocultos. Como resultado de estos "catastrazos" la factura fue in crescendo hasta los 494,5 millones de euros de 2017, según los últimos datos cerrados de liquidaciones del Ministerio de Hacienda.

En plena crisis económica los ingresos de las administraciones empezaron a desplomarse, poniendo contra las cuerdas sobre todo a los ayuntamientos, que vieron adelgazar aún más sus presupuestos en un estado ya prácticamente de asfixa financiera. Fue entonces cuando se decidió exprimir al máximo el impuesto sobre bienes inmuebles. Por un lado, en 2012 el Gobierno central ordenó subir los tipos del IBI y dió la opción además a las corporaciones locales de aplicar una revisión exprés de los valores catastrales con tasaciones desfasadas.

Pero también fue importante el impacto que ha tenido el proceso de regulación catastral iniciado a mediados de 2013. Los inspectores del Catastro se lanzaron al terreno para destapar todos aquellos bienes ocultos, que no figuraban en los registros, ya fueran construcciones de nueva planta, ampliaciones, cambios de uso o reformas que elevasen el valor del inmueble. Se peinaron todos los concellos, con drones, fotografías aéreas y recorridos a pie. Este comprobación masiva terminó en 2018 y se descubrieron 450.000 inmuebles sin declarar.

Haz click para ampliar el gráfico

Los datos de recaudación de Hacienda, de momento, solo llegan hasta 2017 y ya apuntan a un incremento importante de la recaudación, que seguramente será mayor cuando se obtengan las cifras de 2018.

Las liquidaciones presupuestarias de los municipios gallegos revelan unos ingresos por el IBI urbano de 479,5 millones de euros, a los que se suman otros 15 millones del IBI rústico.

Aunque la recaudación sobre propiedades rústicas es muy baja, también ha sido la que más ha notado el impacto del proceso de regularización catastral. El IBI sobre este tipo de propiedades se elevó casi un 40 por ciento desde 2012. La razón es que muchos de los bienes que se destaparon en el proceso de regularización catastral eran piscinas, galpones o anexos situados en zonas rurales.

En cuanto al IBI urbano, el incremento de la recaudación en el último lustro ha sido del 19,8 por ciento.

Galicia ha sido una de las comunidades más afectadas por este proceso de regularización catastral y eso se traduce también en las cifras de ingresos obtenidos por el Impuesto de Bienes Inmuebles. Los concellos gallegos son los cuartos del Estado que más han elevado su recaudación por el IBI urbano desde 2012.

Solo la han superado Extremadura, donde se recaudó un 30 por ciento más, Castilla La Mancha, con un incremento del 25 por ciento, y Madrid, con un 20 por ciento más.

Por provincias, son los concellos de A Coruña los que más obtienen por este tributo: 210,8 millones de euros de IBI urbano, seguida de Pontevedra, con 153,2 millones, Ourense con 62,2 millones y Lugo.

El mayor incremento de la recaudación, sin embargo, se ha registrado precisamente en Ourense, donde los ingresos de los concellos por el IBI urbano crecieron un 26 por ciento, muy por enicma de Lugo (22,1 por ciento) A Coruña (21,2 por ciento) y Pontevedra (14,7 por ciento).