Las pintadas en la Catedral de Santiago han desatado una guerra entre Xunta y Concello de Santiago. El conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, tras visitar el templo, reclamó la instalación de "un sistema de cámaras de vigilancia" y recalcó que es competencia del ayuntamiento. En todo caso, aseguró que si el ente local "no asume o entiende que no es necesaria" esta vigilancia, pues será la Xunta la que asuma el coste de la cámaras "para que la Catedral esté protegida".

El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, se molestó con Román Rodríguez por sus declaraciones que tildó de "desleales". El regidor afirmó que ni él ni la Catedral recibieron comunicación por parte del departamento de Cultura sobre la visita de su titular, lo que causó "malestar" tanto en el equipo de Gobierno, como en el cabildo catedralicio, según el propio regidor.

A renglón seguido afirmó que no va a "aprovechar determinadas actuaciones lamentables contra el Patrimonio Histórico para hacer política". "Otros parece que sí. Tendrá que dar explicaciones de por qué viene y no llama, por qué hace peticiones en público y no en privado. Busca una intencionalidad", censuró Noriega.

Pese a todo, el regidor señaló que está "dispuesto a hablar con todos", pero "no con las cartas marcadas ni con polémicas creadas". "Hay quien busca un discurso intencionado y una foto. Si Román quiere hablar, hablamos, pero que no instrumentalice las cuestiones", reclamó. En última instancia, recordó que él es el alcalde de la ciudad y que "siempre" actúa con "lealtad". "El espacio público no es de la Xunta, es del Ayuntamiento de Santiago", sentenció.