El vandalismo convertía el pasado agosto una discreta escultura de mármol del siglo XII de la única fachada románica de la catedral de Santiago en un miembro de la banda de rock estadounidense "Kiss" y ahora es la fachada del Obradoiro, junto al arco de Xelmírez, la que sufre nuevas agresiones. "Yo no salí de tu costilla. Tú saliste de mi coño", "Machitos", "No nos pararán", "Guillotina Borbón" o "Gritaremos hasta quedarnos sin Vox" son las frases con las que amanecían ayer pintados el entorno del templo y su fachada principal.

"Ninguna justa reivindicación puede servir de coartada para atentar contra el patrimonio de todas y todos", lamentaba ayer el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, a cuya indignación y condena se sumaron representantes de otros partidos, además del conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, quien advirtió de que la ley sanciona estos ataques contra el patrimonio con multas que pueden llegar hasta 150.000 euros, y del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Este expuso en Twitter su opinión: "Las pintadas en la Catedral de Santiago y otras zonas del casco histórico son una autentica vergüenza. Que todo el peso de la ley caiga sobre sus responsables y que la parte de su cuerpo que puedan reivindicar en el futuro sea un cerebro mejor amueblado".

Aunque el temporal complicó los trabajos para determinar cómo borrar las pintadas, la Fundación Catedral de Santiago indicó que se estudia el método "menos agresivo" para limpiarlas y hacerlo "cuanto antes", de forma similar al pasado agosto, cuando la limpieza de la figura del siglo XII se hizo en "tiempo récord" por lo "delicado" de la fachada y supuso un desembolso de 12.000 euros.

El Concello de Santiago condenó esta "nueva agresión al patrimonio" y se puso a disposición de la Catedral. "Las pintadas serán analizadas por expertos para determinar el modo de eliminarlas", explicaron desde el consistorio. Noriega incidió en que "cuando se atenta contra el patrimonio, se atenta contra la ciudad, no todo vale" y avisó de que existe el "riesgo" de que se vinculen al 8M con fines políticos. "Este tipo de acciones pueden ser instrumentalizadas y hacen un flaco favor a un movimiento que está siendo ejemplar", avisó.

El candidato del PP a la alcaldía de Santiago, Agustín Hernández, reclamó, como Feijóo, que "caiga todo el peso de la ley" sobre los responsables, mientras que el PSdeG retuiteaba un mensaje de Mercedes Rosón en el que aseguraba que "nada justifica una agresión a nuestro patrimonio". Desde el BNG también condenaron "contundentemente" los actos y Compostela Aberta asumía la proclama del regidor compostelano. Ciudadanos Galicia también condenó "estos actos vandálicos" y las pintadas aparecidas en su sede.

El conselleiro de Cultura, quien consideró las pintadas un "atentado patrimonial", aseguró ayer que hay diligencias abiertas para aclarar lo ocurrido y destacó que la sanción por este tipo de comportamientos es importante. Se trata de un ataque "calificado como grave" en la ley de Patrimonio y por esa razón se castiga con entre 6.000 y 150.000 euros.