Entre aquellos emigrantes que en los últimos años se han enfrentado al trámite de votar desde fuera de España se impone una percepción: el sistema está diseñado para desincentivar su participación electoral. La reforma del sufragio de los residentes ausentes, pactada en 2011 por PSOE y PP, se hizo para poner coto a las sospechas de fraude en el voto exterior, pero ha implicado un efecto secundario: las papeletas emitidas han pasado de un 30 a un 5 por ciento del censo, justo cuando miles de jóvenes salían del país en busca de las oportunidades que aquí se les negaban.

Esa sensación, la de tener que sortear una yincana burocrática para ejercer su derecho al voto en las generales del 28 de abril, la está experimentando por primera vez el nigranés Daniel Prado, un ingeniero informático que en agosto del año pasado se marchó a Holanda junto a su pareja. Ambos estuvieron esta mañana en el consulado de España en Ámsterdam una hora y 45 minutos para entregar la documentación para inscribirse en Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA), el primero de unos cuantos pasos para que sus papeletas se contabilicen.

Dado que su registro consular data de enero de este año todavía no están en el CERA, por lo que tienen entre el 11 y el 18 de este mes, en horario de 9 a 14, para presentar la documentación necesaria. En su caso, llevaban los papeles cubiertos desde casa, pero muchos de los que acudieron esta mañana al consulado no, de modo que el servicio se colapsó. "Había gente que vino desde Rotterdam -a una hora y cuarto en tren- a propósito, otros se marcharon después de un rato esperando". Este trámite es obligatorio hacerlo de manera presencial, algo también difícil de entender a estas alturas, cuando el registro consular se puede hacer por correo electrónico.

Una vez apuntados en el CERA, les llegará a su domicilio la documentación para rogar el voto, por correo o fax, a la junta electoral de su circunscripción, en este caso Pontevedra. Cuando hayan solicitado el voto se les remitirán las papeletas y sobres para, por fin, efectuar el voto, o bien por correo o bien de manera presencial en el consulado. Todo ello siempre que la documentación llegue a tiempo; en cada convocatoria electoral desde 2011 se han repetido quejas de papeletas recibidas después de la fecha de los comicios. Los partidos se había comprometido a reformar la ley para eliminar dificultades, pero, como mínimo, habrá que esperar a la siguiente legislatura.