La inclusión de Galicia en el Corredor Atlántico ferroviario ha consumado esta madrugada una nueva etapa, pero el resultado es agridulce para los intereses gallegos. La Eurocámara, el Consejo de la UE y la Comisión Europea han alcanzado un acuerdo que garantiza la plena inclusión de la línea A Coruña-Vigo-Ourense-León en la red básica del Corredor Atlántico, lo que da opción a fondos europeos a partir de 2023 y establece el año 2030 como horizonte de conclusión de las obras de modernización del tren de mercancías.

Sin embargo, se ha quedado fuera de la red básica la línea Vigo-Oporto, que se integra en la red global, lo que da derecho a competir también por fondos comunitarios, pero en menor cuantía, y alarga el plazo de ejecución hasta 2050. En esta misma situación se ha quedado el Puerto de Vigo, que pertenece a la red global, según la nomenclatura usada en Bruselas.

La incorporación de la línea Vigo-Oporto al Corredor Atlántico la había aprobado el Parlamento Europeo a propuesta del grupo socialista, pero en las negociaciones posteriores para poner en común las propuestas de la Comisión Europea, el Consejo de la UE y la Eurocámara sobre las redes europeas de mercancías, ha decaído.

“Con el acuerdo alcanzado, Galicia da un paso crucial en la integración de su red ferroviaria en Europa, lo cual redundará en una mejor vertebración territorial y mejoras de competitividad para nuestro tejido productivo”, ha valorado el eurodiputado gallego José Blanco.

El pacto ya es casi definitivo. Ya no se modificará y solo falta su ratificación por parte del Consejo de la UE y del Parlamento Europeo, que aún estaría a tiempo de votarse antes de la disolución de la Eurocámara.