Las notas de la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (Ebau o antigüa selectividad) del año pasado, que acaba de publicar el Ministerio de Educación, vuelven a reflejar importantes diferencias entre comunidades. Cada autonomía elabora sus propios exámenes y distintos niveles de exigencia en las pruebas y criterios dispares de correción explican resultados tan desiguales, sin olvidar el nivel de formación y preparación de cada alumno.

Aunque los estudiantes gallegos están por encima de la media estatal en Matemáticas, Ciencias y Lectura en las pruebas PISA cuando llegan al examen que decidirá si entran o no en la carrera de sus sueños registran la peor nota en los ejercicios de Lengua y de Químicas, la segunda cualificación más baja en el examen de Biología y la tercera más baja en Física y en Historia de Filosofía, como sucedió el año pasado. No solo eso. Galicia volvió a ser en 2018 la segunda comunidad con la nota media más baja: un 6,11,pero empeorando, pues en 2017 había sacado un 6,19 y en 2016, un 7, 08. También fue la segunda autonomía con menos aptos: el 91,62%, frente al 98,33% del País Vasco, que lidera el ranking de aprobados.

Los resultados del selectivo del año pasado apuntalan la reclamación de la Consellería de Educación, que ya en 2018 consideraba "importante" ir hacia una "nivelación" de la Ebau para que sea equitativa en todas las comunidades autónomas.

Carmen Pomar no se ha mostrado partidaria de un examen único, pero sí de un equilibrio en el grado de dificultad, ya que entiende que en Galicia la exigencia "es más alta". El objetivo de esta nivelación sería evitar que plazas en los campus gallegos sean ocupadas por estudiantes de otras comunidades "porque tienen mejores calificaciones" en los exámenes de acceso para cursar grados que tienen notas de corte muy elevadas.

Galicia no es la única autonomía a favor de igualar el nivel de dificultad de la selectividad. El consejero de Castilla y León incluso el año pasado pidió a los profesores que elaboraban las pruebas "exámenes ajustados" para que a los prenuniversitarios de su autonomía no se les exijiese "ni más ni menos" que a los del resto de España.

¿Tan dispares son las notas como para lanzar este llamamiento? Pues sí. Hay que entender que hay carreras donde la competencia es muy elevada y un par de décimas arriba o abajo deciden la entrada o no en una facultad.

Un ejemplo de la selectividad desigual es el examen de Lengua, que es obligatorio para todos los estudiantes. La nota media de los alumnos gallegos fue de 6,06, la más baja de España. Enel extremo opuesto están los estudiantes canarios, con un 7,64 de media. Además solo el 6,75% de los gallegos lograron una puntuación de sobresaliente, un porcentaje que se dispara al 25% entre los canarios.

Otro caso. En el examen de Química, los alumnos gallegos comparten con los andaluces el honor de la nota media más baja: un 5,50. Los estudiantes vascos pueden presumir de un 7,5. Si el 10,% de los gallegos consiguieron un sobresaliente, en Extremadura fueron el 30% y en Murcia, un 28%.

Un tercer ejemplo. La cualificación media de Biología de los estudiantes gallegos fue la segunda más baja del Estado, con un 5,80. En el extremo opuesto se sitúan los canarios con un 7,5. Si solo el 8% de los gallegos logró un sobresaliente en ese examen, en Asturias pueden alardear de haber sacado más de un nueve de nota el 28% de los presentados.

El año pasado una catedrática de Valladolid, Cristina Rueda, denunciaba que las pruebas de acceso, al ser diferentes en cada comunidad "no garantizan la igualdad de condiciones y la desigualdad es muy patente para los que se examinan en Castilla y León y también en Galicia".

Elaboró un informe al respecto y concluyó que "estudiar Medicina en Canarias es 2,3 veces más probable que en Galicia, dos veces más probable que en Castilla y León y tres veces más que en Navarra", en base a las notas de selectivo de 2015.