Las guarderías públicas dependientes de la Xunta vetarán la matrícula a los niños que no estén vacunados y estudia aplicar esa medida a otras fases del sistema educativo. La medida pretende combatir el auge del movimiento antivacunas y garantizar la seguridad de los menores de tres años, que son los que pueden acceder a estas escuelas infantiles.

"En cuanto podamos, vamos a prohibir la matriculación de los niños que no tengan el calendario de vacunación obligatorio completo", aseguró ayer Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, que no pudo precisar si aplicarán la medida para el próximo curso escolar, puesto que la convocatoria de plazas y, por tanto, los requisitos para acceder a una serán publicados de manera inminente. El año pasado, por ejemplo, el Diario Oficial de Galicia recogió esas bases el 9 de marzo.

"Tenemos que proteger a los niños que están vacunados de los que no lo están y, sobre todo, de corrientes muy peligrosas como las antivacunas, que se están dando con cierta intensidad en Galicia", justificó Feijóo tras la reunión semanal del Consello. "La mayoría de padres no hacen caso a estas propuestas políticas absolutamente desacreditadas desde el punto de vista científico. Las vacunas funcionan y por eso tenemos un calendario gratuito y tenemos que promover que se cumpla con él", añadió.

Los padres no están obligados a vacunar a sus hijos y en los últimos tiempos los servicios de salud han percibido una tendencia, aunque minoritaria, a no inmunizar a los pequeños por parte de algunos progenitores.

Sin embargo, el sistema sanitario sí está obligado a dispensar vacunas desde los dos meses a los 14 años. El rechazo a los niños de hasta tres años que no estén inmunizados podría afectar no solo a los que pretendan acceder a una guardería de la red autonómica por primera vez, sino a los que ya tengan plaza en ella. Esta se renueva automáticamente cuando se comienza un nuevo curso, por lo que una vez se aplique el requisito anunciado por Feijóo estos perderían su lugar y sus padres deberían buscar una escuela infantil privada.

"En relación con otra fases [educativas] no le oculto que lo estamos mirando. Es complejo el encaje porque hay vacunas que no son obligatorias y todo aquello que no es obligatorio es difícil exigirlo. En las etapas de educación obligatoria mientras las vacunas no sean obligatorias es muy difícil establecer un requisito de rechazar la matrícula de esos niños", expuso Feijóo.

Fuentes de la Xunta matizaron que se refería a que las vacunas que ofrece obligatoriamente la sanidad pública se concentran en los primeros años de vida y que luego son menos, lo que facilita que haya padres que vacunen contra más enfermedades a sus hijos que a otros. A los 12 años se aplica por primera vez la vacuna contra el virus el papiloma humano y a los 14, la versión adulta contra el tétanos.

La polémica de Lidia Senra

La polémica sobre el movimiento antivacunas afectó a la política gallega en diciembre de 2017, cuando FARO reveló que la eurodiputada de AGE Lidia Senra pidió a la Unión Europea que estas inmunizaciones no fuesen obligatorias porque su seguridad no estaba garantizada y eran una "práctica de riesgo" con efectos secundarios que podían "en algunos casos provocar la muerte".

En Marea, heredera de AGE, se desmarcó de la postura de Senra, pero esta se incorporó recientemente al Consello das Mareas como parte del sector oficial.