En Marea reprochó esta mañana a dos de los autodenominados “alcaldes del cambio” un doble rasero electoral, por rechazar coaliciones en las municipales del 26 de mayo, pero recomendar esa fórmula jurídica para las generales del 28 de abril. Esta vía es la que defienden Podemos, Anova y Esquerda Unida y que rechaza el partido instrumental, lo que aboca a este espacio político a dividirse en dos papeletas el 28-A.

La viceportavoz de En Marea, Ana Seijas, afeó su postura a Xulio Ferreiro (Marea Atlántica) y Martiño Noriega (Compostela Aberta), que en A Coruña y Santiago solo aceptaban concurrir bajo una única plataforma electoral. “Nadie cuestiona que vaya a haber dos listas en Compostela y A Coruña”, recordó la dirigente. “Lo que es bueno para lo local también lo es para lo nacional”, añadió.

El divorcio electoral de En Marea se desencadenó tras un largo historial de crisis que tuvo las primarias suspendidas en diciembre como corolario y la gota que colmó el vaso fue la votación de los primeros presupuestos generales del Gobierno socialista. Su rechazo derivó en un adelanto electoral de las generales.

En la citada votación, los cinco diputados de la coalición En Marea en el Congreso -Anova, Podemos y Esquerda Unida- no eran decisivos, pero se partieron. Por un lado, Alexandra Fernández secundó la postura de la dirección del partido instrumental -evolución de la coalición y nacida, por tanto, a posteriori- y se sumó a las enmiendas a la totalidad a un plan económico que rebajaba un 19% la inversión territorializada en Galicia. Por otro, Antón Gómez-Reino, Yolanda Díaz, Miguel Anxo Fernán Vello y Ángela Rodríguez siguieron las órdenes del grupo confederal Unidos Podemos en que se integran, negando autoridad sobre su posición a la cúpula de Luís Villares, líder del partido instrumental. Además, todos ellos son críticos con el juez en excedencia.

A pesar de que todo el espacio rupturista da por casi imposible lograr un acuerdo, las llamadas a la unidad se suceden para evitar la competición electoral de socios en las Cortes y el Parlamento gallego.

Minutos después llegó la respuesta de Noriega, regidor de Santiago, que rechazó “entrar en diálogos públicos” entre los integrantes del espacio rupturista porque “sobra ruido”. “Hacemos una llamada a la unidad más allá de la fórmula y a intentar adaptarse a las circunstancias en un momento histórico”, expuso, si bien un día anes consideró que el modelo de partido instrumental que se presente en solitario, como defiende Villares, "es la que peor encaje tiene".

También defendió que su postura y la de Xulio Ferreiro es “constructiva”. “La posición constructiva es la que busca la unidad y en este momento lo que se necesita es gente que tienda puentes y no gente que no los tienda”, añadió.