A Ana Pastor, exministra de Fomento y presidenta del Congreso, le tocó ayer cerrar con su comparecencia la comisión de investigación del accidente del Alvia en una sesión amable donde las palabras se midieron mucho. Pastor quiso dejar bien claro que ella, cuando estaba al frente del ministerio, nunca dio "instrucciones políticas" a los responsables del grupo Fomento sobre la investigación, ya fuera la judicial o la de la CIAF, y que por supuesto, tampoco intentó tapar posibles fallos de la línea del AVE o del tren para evitar daños a la Marca España ni culpar a nadie el accidente. "Jamás he influido ni he dado instrucciones. Soy una servidora pública y tengo el deber de cumplir la ley. Nunca me he saltado la ley", declaró la presidente del Congreso, la primera que interviene en una comisión de investigación.

La exministra inició su comparecencia recordando las medidas que se tomaron tras el siniestro con el motivo de evitar que en el futuro se repitiera algo parecido y que sus primeras y grandes preocupaciones fueron atender a las víctimas y ofrecer total colaboración con la Justicia, para lo que se involucró "personal y profesionalmente".

A las primeras preguntas de los diputados, en este caso del Grupo Mixto, Ana Pastor ya soltó que por su parte no hubo el más mínimo interés en obstaculizar la investigación del accidente y no le sentó bien que se sugiriera que desde el Gobierno se intentara articular una "verdad oficial" para culpar solo al maquinista y así no perjudicar el sector ferroviario español y los contratos a los que se presentaba en el extranjero. "Nunca habrán oído de mí atribuir las causas del accidente a nadie ni a nada, jamás lo haría", dijo, tras lo cual negó que su ministerio construyera un relato alternativo para descargarse de responsabilidad.

Los diputados le preguntaron por los retrasos en la entrega de documentación al juez, la negativa de los imputados a declarar o sobre la independencia de la CIAF (Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios) en la redacción del informe que estudiaba las causas del siniestro. Pero las respuestas de Pastor no eran las mismas: "Jamás he politizado mis decisiones. Jamás he dado instrucciones políticas y no he tapado nada".

Esta aseveración también la aplicó al negar que hablara con el expresidente de la CIAF Vicente Rallo para pedirle que no se reabrieran las investigaciones sobre el accidente, aunque la Agencia Ferroviaria Europea (ERA) lo hubiera solicitado por observar falta de independencia en la comisión española.

Pastor recordó que el propio Rallo aclaró el "lapsus" que cometió durante su comparecencia en la comisión de investigación en el Congreso al decir que consultó con la ministra, en lugar de decir con el pleno de la CIAF, y que en su intervención aseguró que no recibió instrucciones ni presiones de ningún Gobierno.

Sobre uno de los asuntos que ha llenado gran parte de las comparecencias, el sistema ERTMS de seguridad que fue desconectado del tren alegando fallos continuos, Pastor evitó pronunciarse al respecto debido a que "fue una decisión técnica". "Vieron que el sistema no era fiable, que había riesgo, pero es solo lo que he escuchado, yo no puedo hacer valoración", recalcó.

Preguntada por la diputada gallega Alexandra Fernández si con el ERTMS se habría evitado el accidente o si era consciente de que se rebajaban las condiciones de seguridad de la línea, la exministra eludió responder para no entrar en hipótesis. "No quiero ni debo opinar. Quedo bien con mi conciencia", comentó, tras argumentar que si entraba en criterios técnicos después de que tantos expertos pasaran por la comisión y con opiniones distintas, su credibilidad quedaría en entredicho.

Ante las acusaciones de la tardanza de Renfe en enviar documentación al juzgado que investiga el accidente, Ana Pastor soltó que no había recibido oficio alguno del juez por no remitir la información que se le solicitó.

Y puesta a hacer autocrítica, la exministra se acordó de la atención que la CIAF debería prestar a las víctimas, que no hizo, como era su obligación, porque quien asumió esa función fue el Ministerio de Fomento. "Esa es una cosa que no se hizo bien", dijo. Otra cosa en la que no estuvo acertada fue en cancelar la reunión que tenía con las víctimas el mismo día en que fue elegida presidente del Congreso. "Se entendió mal. No podía recibirlas como ministra porque ya no lo era, pero podía haber llamado por teléfono y decirles que las recibiría como presidenta del Congreso".