"En algo se hay que entretener". Con esta frase resume un matrimonio jubilado de Verín qué les llevó a cultivar productos de huerta, plantar frutales y cosechar patatas e incluso tener algunas gallinas, pollos y conejos en su finca. Las horas que dedican a su leira es "puramente por ocio" y para autoconsumo. Aunque la cosecha es abundante y también da para repartir entre los vecinos y amistades.

"Es una manera de hacer ejercicio y de estar activos. Hay quienes van al gimnasio o a la piscina, nosotros vamos a la finca y allí nos entrenemos. Es bueno para el cuerpo y para la mente, que es una distracción", relata Marina. Nunca echó cuentas de cuánto le supone el ahorro de la producción que va de la finca a la nevera o el arcón congelador -no solo el suyo, sino también al la de sus dos hijos-, pero asegura que más importante que no tener que ir al mercado tan a menudo es saber lo que se está comiendo. "Sabes que lo que estás comiendo es buen producto. Es de la casa y eso se nota, es calidad", apunta su marido Aurelio.

"La nevera siempre está llena, la nuestra y la de nuestros hijos", destaca Marina. "Para nosotros es un entretenimiento", asegura el matrimonio verinés.