-¿En qué medida influye el estado de las vías en la accidentalidad?

-No llega ni al 1%. Hay comportamientos especialmente imprudentes: la velocidad inadecuada y la distracción como factores determinantes. Eso no quiere decir que no importe la vía. Es fundamental, pero su tasa de incidencia es mínima.

-¿Qué nota pone al estado de la red viaria?

-Habrá como todo? Hay aspectos que para trabajarlos se requiere una serie de inversiones y de procedimientos administrativos que a veces no van todo lo rápido que sería deseable.

-¿Qué objetivos se marcan para este 2019?

-El reto para nosotros siempre es el cero. Cuando eras estudiante era el 10, pero ahora en seguridad vial es el cero. Cero fallecidos, cero accidentes. Con la chapa y pintura tenemos que convivir, pero que uno no pierda la vida en la carretera, no encaja.

-¿Qué lectura hace del repunte de la accidentalidad mortal en 2018 en Galicia, casi el 40%?

-Nos dejó muy desconcertados el balance. Hasta el mes de junio íbamos relativamente igual, incluso ligeramente mejor. Y fue llegar a julio y empezó una tendencia creciente con la que todos estábamos asustados. No cabía en nuestra cabeza porque se estaba trabajando a fondo en todos los ámbitos.