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La prohibición de plantar patata seguirá en los 33 concellos afectados por la plaga

Tras dos años de restricción en los zonas infectadas de A Coruña y Lugo no se ha logrado la erradicación de la polilla y la veda se mantendrá

Recogida de patata. // N. Parga

El Consejo de Ministros aprobó en marzo de 2017 un real decreto para el control y la erradicación de la Tecia Solanivora, la polilla guatemalteca que afectaba a la patata de Galicia y que se había encontrado en 33 ayuntamientos. Este plan fijaba dos años de prohibición, que se cumplirán el 5 de marzo, pero las restricciones se prorrogarán durante un tiempo indefinido. "La plaga no está erradicada en todos los concellos y la veda no será suspendida hasta que dejen de aparecer capturas en las trampas colocadas", avanzó ayer a FARO el jefe del Servicio de Sanidade e Producción Vexetal de la Xunta, Víctor Novo.

Las medidas tomadas por la Consellería de Medio Rural desde la entrada en vigor del real decreto han sido avaladas por auditores de la Unión Europea, que visitaron las zonas infectadas y calificaron de eficaces los controles realizados. Así, ha sido primordial la instalación de trampas, pero todavía hoy muestran la presencia de la polilla. Esto ocurre sobre todo en almacenes, donde el movimiento de la patata y una incorrecta higiene favorecería el desarrollo del ciclo biológico del insecto. "La erradicación se conseguiría si esto no ocurriese. Si no hay patata, la polilla no puede reproducirse", detalla Novo.

Pese al veto de la Xunta, en las tierras afectadas de A Coruña y Lugo podrían quedar restos de algún tubérculo que manifestase la presencia de la plaga, por lo que a raíz de la temporada alta de producción, en abril, el control con trampas debería ser más exhaustivo. "El mantenimiento de la prohibición se debe a un factor de prudencia. De nada serviría levantar la veda y que en un año se volviese a manifestar la plaga", argumenta Novo.

Además de las trampas instaladas, otro aspecto importante para terminar con el problema ha sido prevenir la dispersión y controlar los movimientos. "El vuelo del insecto no es la primera forma de difusión, sino el desplazamiento y el transporte de la patata", explica. Insiste en terminar con la falsa creencia de que la plaga nació en Galicia. "Las zonas infectadas están próximas al mar. Estos focos pudieron crearse de forma artificial, por el tráfico marítimo, entre otros factores", dice.

Ante la prolongación de la prohibición de cultivo, la localización de las plagas está controlada. "Lo preocupante sería que llegase una patata infectada a una zona libre y productora, como puede ser Bergantiños", advierte Novo.

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