La nulidad de las escuchas telefónicas ha dado al traste con una investigación que se remonta a hace ya más de diez años: una supuesta trama de manipulación de cuentakilómetros en cientos de concesionarios y talleres de Galicia, Asturias y Castilla y León para vender los vehículos trucados a un precio mayor en el mercado de segunda mano. La Audiencia de A Coruña dio ayer carpetazo a la operación Trucarro con la absolución de los 16 acusados en el proceso al declarar nulas las intervenciones telefónicas por un defecto de forma durante el trámite de cuestiones previas. Esta decisión, según concluye la sentencia, ha marcado "el devenir del procedimiento", ya que afectaba al resto de las pruebas obtenidas con posterioridad al estar contaminadas.

La sentencia recoge en sus hechos probados que "no ha quedado acreditado que los acusados llevaran a cabo una actividad preordenada a la venta de vehículos de segunda mano generando una apariencia de kilómetros recorridos que no se correspondía con la realidad".

La falta de pruebas no contaminadas por las escuchas no evitó el interrogatorio durante la vista del exalcalde de Ribadumia, José Ramón Barral, representado por la letrada Carmen Ventoso Blanco. El exregidor, dueño de un taller en Vilagarcía, proclamó su inocencia y negó la venta de un coche supuestamente trucado.