"El cerebro está programado para repetir las conductas placenteras", cuenta Alejandro Rodríguez, experto en adicciones. Por ello, el enganche a los juegos de apuestas funciona con las mismas áreas del cerebro que el de las adicciones, "existan sustancias o no existan".

Es la repetición de la conducta placentera lo que deriva en adicción. "Esto ocurre con las drogas, pero también con el juego, las compras, el ejercicio físico, el sexo...", describe Rodríguez. Explica que aunque no haya sustancia la persona puede volverse adicta igualmente. El cerebro cambia. "Cambia su forma de percibir, de valorar, cambia todo", añade.

Por ello, expresa que regalar un bono de apuestas de 70 euros para empezar "es como si alguien que vende droga te regala cocaína para que la pruebes". Además, entre los adolescentes "el hecho de tener un amigo que apostó tres euros y ganó 15 es tremendo".

En este tipo de apuestas el jugador busca el subidón continuo, la adrenalina, "y eso los operadores de juego lo saben, la publicidad está muy enfocada a activar el sistema de recompensa".

"También tenemos que pensar que esto ocurre en una sociedad que le da mucha importancia al dinero. Los jóvenes perciben eso. Y si apuestan pueden conseguir más dinero. Pues genial. Yo creo que también es un tema de educación y de valores", puntualiza el experto.