A partir del 29 de enero se rebajará el máximo genérico de velocidad, hasta ahora en 100 kilómetros por hora. Para turismos y motocicletas el límite fijado por la DGT será de 90 km/h, mientras que camiones y furgonetas no podrán sobrepasar los 80 km/h y para los autocares que dispongan de cinturones de seguridad en sus asientos, la limitación será a 90. La modificación fue aprobada hace un mes en Consejo de Ministros con el objetivo de reducir un 10% los accidentes en las carreteras convencionales, las más peligrosas ya que en Galicia son escenario de casi el 90% de los siniestros mortales, casi 15 puntos por encima de la media nacional.

España era hasta ahora uno de los seis únicos países europeos que mantenía el límite máximo a 100 km/h en la red secundaria, junto con Rumanía, Polonia, Irlanda y Austria. A 90km/h se tendrá que circular en unos 10.000 kilómetros de las carreteras convencionales de España, sumándose así a Bélgica, Croacia, Grecia, Italia y Portugal. Y por debajo de este límite, a 80 km/h, se encuentran Suiza, Noruega, Países Bajos, Malta, Francia, Finlandia o Dinamarca.

Esta reforma en los límites de velocidad en las carreteras secundarias era una asignatura pendiente de la legislatura pasada en la que ya había empezado a trabajar el Gobierno del PP, con un borrador que fijaba el límite genérico a 90 km/h, con tramos a 70 (vías secundarias estrechas con marca longitudinal de separación en ambos sentidos) y también a 50 (en los tramos donde esta marca no estuviera pintada).

Desde finales de diciembre, los titulares de las vías, desde el Ministerio de Fomento hasta la Xunta, las diputaciones y los concellos se han echado a la carretera para actualizar las señales de tráfico y, con esta reducción en el límite, contribuir a rebajar la tasa de 39 muertos en siniestros viarios por cada millón de habitantes en España.

La modificación de la limitación de la velocidad máxima de 100 a 90 kilómetros por hora ha obligado a cambiar una 600 señales en la comunidad gallega (450 en carreteras de titularidad autonómica Xunta y casi 150 en vías gestionadas por Fomento).

En la comunidad gallega, la velocidad es un factor concurrente en el 30% de los accidentes. No pisar el acelerador más de la cuenta, evitaría uno de cada tres muertos en carretera y la rebaja en las convencionales a 90 km/h permitirá reducir la accidentalidad mortal en torno a un 10%, según las previsiones de la DGT, Por exceso de velocidad, más de 2.700 conductores son sancionados en Galicia cada mes con la retirada de entre dos y seis puntos.