El uno de enero del año que viene entrará en vigor el canon para inmuebles en estado de abandono en los cascos históricos que se declaren Área Rexurbe (Áreas de Regeneración Urbana de Interés Autonómico) y las previsiones de la Xunta son multar al año a los dueños de 160 edificios en mal estado y recaudar 78.520 euros. En el primer año de vigencia de la norma, los cálculos son más modestos: los dueños de 70 edificios en mal estado estrenarán el canon, y el nuevo impuesto abrirá su recaudación con unos escasos 30.000 euros.
¿Por qué una recaudación tan baja? Porque el canon no se aplicará a cualquier edificio en ruinas o abandonado de cualquier calle o concello de Galicia. Sólo será para los inmuebles de cascos históricos que previamente los concellos hayan pedido su declaración como Área Rexurbe. En este momento, sólo hay cuatro áreas (Ourense, Lugo, Betanzos y Ferrol), y la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda calcula que podrán declararse hasta 16 áreas en los 26 cascos históricos que hay en la comunidad. El departamento que dirige Ángeles Vázquez estima que en 2020, año de entrada en vigor de la Lei de Rehabilitación e de Rexeneración e Renovación Urbana de Galicia, haya siete áreas, y en 2021, 9 más.
Son los concellos los que tienen que solicitar que su casco histórico o parte de él sea declarado Área Rexurbe. Esta figura está pensada para los conjuntos históricos declarados bien de interés cultural (BIC) especialmente degradados, en situaciones demográficas delicadas o con graves problemas económicos o sociales. Un área Rexurbe debe contar con al menos cincuenta inmuebles.Las ventajas del Área Rexurbe es acceder a financiación especial para la rehabilitación y reforma de espacios: unos 13 millones de euros están previstos para el año que viene.
Otra razón para la baja recaudación del nuevo canon es que la Xunta calcula que en cada área se declararán de media 6 edificios en abandono y 4 en ruina al año. Tendrán un valor catastral medio de 100.000 euros y el impuesto a recaudar será de media de 3.600 euros por inmueble en ruina, pues habrá que aplicar el 0,6% sobre la base imponible, que es precisamente el valor catastral. En el caso de edificios abandonados, el porcentaje a aplicar será del 0,4%, es decir, cada dueño pagará unos 1.600 euros.
Cada año, se incrementará un 10% el importe del tributo, mientras no se resuelva el abandono o la ruina del inmueble, pero con un límite.
El canon con recargo nunca podrá superar dos veces el importe inicial. Es decir, si el primer año la multa es de 3.600 euros nunca se podrá pagar más de 7.200 euros. Con estas cifras, la Xunta debería recaudar 83.200 euros, pero rebaja el cheque final a 78.520 euros porque habrá una rebaja del 90% para los dueños que por su situación económica no puedan hacer frente al pago del impuesto.
El departamento de Ángeles Vázquez calcula que de los 160 edificios susceptibles de ser sancionados, unos 13 contarán con descuentos. Eso sí sus propietarios deben acreditar que están en situación de exclusión social con un informe de los Servicios Sociales.
La Xunta resta importancia a la baja recaudación porque insiste en que es un impuesto con finalidad extrafiscal, es decir no persigue hacer caja, si no animar a los dueños con propiedades descuidadas y abandonadas a acometer obras de reforma y rehabilitación.
Los ingresos del canon, deducido el coste de gestión, se destinarán a financiar actuaciones de dinamización y protección del área Rexurbe en que están los edificios.
La Lei de Rehabilitación,que ayer entró en el Parlamento para su debate y aprobación, también regula los procedimientos de expropiación, venta y sustitución forzosa, permitiendo confiscar por el 50 % de su valor los inmuebles que se encuentran en mal estado, pero solo los edificios en cascos históricos que estén declarados como zonas Rexurbe. Esta vía ejecutiva se aplicará cuando el propietario, tras reiterados avisos, no tome ninguna medida de seguridad.
La nueva norma persigue agilizar y simplificar los trámites para acometer rehabilitaciones en los cascos históricos de las ciudades y en los núcleos rurales.
