La quiebra en el autodenominado espacio rupturista se consumará en las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo, con el enfrentamiento entre mareas y Podemos en algunos concellos y con el divorcio total en las papeletas para elegir la composición de la Eurocámara. Podemos rechaza una coalición con En Marea tras su ruptura con su líder, Luís Villares, al que acusan de amparar un pucherazo en las primarias del partido instrumental, paralizadas por la dirección de este al detectar accesos irregulares el censo por parte del sector crítico. Pese a ello, el juez en excedencia evitó el enfrentamiento.

“No tengo nada que opinar sobre las cuestiones internas de otras organizaciones”, respondió sobre ese portazo Villares esta mañana tras acudir a Cee para denunciar la pérdida de empleos que supone la venta de Ferroatlántica.

Ante este divorcio, En Marea se aboca a una alianza de cara a las elecciones europeas con la coalición impulsada por los valencianos de Compromís, con los que compartieron papeletas en las elecciones generales de 2015 y 2016 junto a Podemos y En Comú Podem.

Ahora queda por desvelar la postura de los partidos que impulsaron En Marea y que conforman el núcleo duro de los críticos contra Villares. Previsiblemente, Esquerda Unida seguirá de la mano de Podemos y queda por conocer la decisión de Anova.

Esta tarde, su portavoz, Antón Sánchez, y su fundador, Xosé Manue Beiras, comparecen para dar a conocer los acuerdos de su coordinadora adoptados el pasado domingo.