La situación de la sanidad se ha convertido en protagonista de la agenda política tras acumular protestas de profesionales de diferentes servicios para lograr mejoras en la atención y denuncias sobre la muerte de dos pacientes tras una prolongada espera en las urgencias del principal hospital de Santiago. A cuatro meses de las elecciones municipales y europeas, la oposición ha decidido centrar sus ataques a la Xunta en esa cuestión, pero no ha logrado que el conselleiro de Sanidade, Jesús Almuiña, comparezca la semana que viene en el primer pleno del año.

El PP impidieron ayer en la junta de portavoces del Parlamento gracias a su mayoría absoluta la petición de En Marea, PSdeG y BNG para que Almuiña compareciese y diese explicaciones sobre el sistema sanitario. El portavoz parlamentario de los populares, Pedro Puy, rechazó la acusación de "veto" por parte de sus rivales, a los que acusó de "generar alarma social". Además, tiró de retranca para destacar lo que considera una incoherencia. "Me sorprende que pidan su comparecencia después de faltar por la mañana. La oposición practica un juego poco responsable y poco serio", afeó.

Puy se refería a que el día que En Marea, PSdeG y Bloque registraron la petición de comparecencia en pleno, Almuiña intervenía en la comisión de investigación parlamentaria sobre los recortes en sanidad creada gracias a la oposición, que ya no participa en ella como medida de protesta ante lo que consideran vetos del PP a sus propuestas de comparecientes, impidiendo que contase su testimonio un familiar del paciente que falleció este verano en el PAC de A Estrada, donde no había médico para atenderlo en el momento de su llegada al centro.

Además de las quejas de los médicos sobre la inestabilidad laboral que la Xunta pretende mitigar mediante un nuevo contrato, la última denuncia del deterioro del servicio fue realizada por una médico del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), que reveló la muerte de dos pacientes tras largas esperas en urgencias.

Puy acusó a la oposición de "generar alarma social" por asegurar que esos decesos se había producido en los pasillos del servicio de urgencias, algo que no sostuvo la citada facultativa, informa Europa Press.

Por su parte, la oposición criticó la falta de transparencia de la Xunta. Luís Villares (En Marea) sostuvo que el Ejecutivo presidido por Alberto Núñez Feijóo es "el único despreocupado" por la situación de la sanidad, mientras que el socialista Xoaquín Fernández Leiceaga lamentó que la Xunta considere "más urgente" que comparezcan los conselleiros de Facenda o Educación.

Finalmente, Ana Pontón (BNG) cree que la decisión de la Xunta "evidencia que no quiere dar la cara" y usa el "rodillo" de su mayoría para "instalar el relato de la posverdad de que aquí no pasa nada".

Por otro lado, Sanidade informó ayer de que ya ha recibido 814 encuestas a la ciudadanía sobre las medidas a aplicar para reformar el sistema de Atención Primaria, cuestión que centró ayer la reunión de varios grupos de trabajo -de los seis creados ad hoc- en la sede del Sergas en Santiago.

Los planes de la Xunta pasan por presentar el mes que viene las conclusiones del debate sobre la nueva Atención Primaria, con la que pretende "afrontar el reto del envejecimiento poblacional y las dificultades para disponer de profesionales que afecta al conjunto del Sistema Nacional de Salud".