El portavoz de En Marea, Luís Villares, negó ayer estar preocupado por las "opiniones divergentes" de los críticos con su dirección que forman parte del grupo parlamentario, donde son mayoría frente a los afines al exjuez. "Me preocupa el trabajo", zanjó sobre la cuestión antes de reivindicar su papel como referente en el Parlamento, cuestionado por sus detractores internos.

"Yo doy cuenta de la actividad política de En Marea y represento la postura de En Marea [en la Cámara]", incidió tras una comparecencia en la que reprochó a la Xunta endeudarse para sufragar la sanidad, deteriorada en su opinión. Cifró en 400 millones de euros los "sobrecostes de financiamiento" del Ejecutivo en el último lustro.